Ayer fue un día histórico en Los Caracoles. Al accionar un botón José Luis Gioja dos pisos más arriba -donde estaba la prensa- empezó a bramar el suelo y se sintió un zumbido como el de los aviones. Así, cuando la primera de las dos turbinas con su generador del dique empezó a andar, y con el proyecto de Punta Negra muy avanzado, el gobernador empezó a hablar con ganas de El Horcajo, el primer dique aguas arriba que tiene un valor agregado: potenciar el turismo en la misma zona que Manantiales y Las Hornillas y servir al proyecto de minería Pachón.
La primera turbina de Los Caracoles se probó por primera vez ayer en vacío, es decir, sin conectarse a la línea que llevará la electricidad hacia el Sistema Interconectado Nacional. En unos 15 días empezará a probarse la otra, para que ambas generen energía -715 gigavatios hora al año lo que equivale a más del 40% de lo que consume San Juan- en la segunda quincena de mayo, cuando será el gran acto de inauguración de la central. Luego, el gobernador y otras autoridades más la prensa dieron un paseo en lancha por el imponente espejo de agua, casi virgen (ver página 3).
Gioja le puso acento ayer al plan de diques que data de la década del '60, donde aguas arriba figura El Horcajo, seguido de El Tambolar, Los Caracoles, Punta Negra y Ullum. Con Los Caracoles casi funcionando que se unirá a Ullum y Punta Negra cerca de cerrarse su financiamiento para firmar contrato en el corto plazo, entre los dos proyectos que quedaron olvidados, el gobernador está interesado ahora en resucitar El Horcajo, según dijo ayer.
Justificó Gioja, emocionado: "Con Ullum, Punta Negra y Los Caracoles, al riego lo tenemos asegurado en un 98%, de manera que lo que venga es exclusivamente para energía, A mí me angustia y me pone con todas las pilas El Horcajo, porque significa también Manantiales y Las Hornillas, un emprendimiento turístico importante, un lago allí va a completar todo eso y además esa energía tiene ya un comprador que son los futuros explotadores de (la mina) El Pachón. Minería, turismo y energía, cierra todo".
El Horcajo, ubicado en Calingasta donde se unen los ríos Los Patos y Blanco, tiene estudios de hace unos 2 años de las condiciones de fundación de la presa, que dicen que la roca para apoyar el muro está muy profunda, pero hay que terminarlos. Preliminarmente manejan que hacer un muro tan abajo es sumamente caro, y deben estudiar qué tecnología constructiva aplicar, porque hay mucho material suelto, explicó el presidente de EPSE, Francisco Alcoba. Por ejemplo, en Los Caracoles lo más profundo es 40 metros (para arriba son 136) y en el Horcajo serían más de 130 de profundidad, más para abajo que para arriba.
Las cifras
428 RPM es la velocidad que toma la primera de dos turbinas Francis que se puso ayer en marcha en Los Caracoles. El rodete tiene 2,05 m de diámetro.
62,5 Es la potencia en MW de cada generador, traídos desde Rusia. La tensión de salida es de 13,8 KV y permitirá generar 715 GWH/año (los 2 grupos).
150 Son los metros del salto neto de agua que abastece a las turbinas. Cada una maneja un caudal de 43 m3/s.
Un paseo por las nubes
Gioja tomó el volante de la lancha y encaró con toda velocidad hacia el muro, de 136 metros de alto, testigo mudo de esa mañana histórica. Contados con los dedos de una mano eran los técnicos que habían podido navegar por esas aguas cristalinas, nuevas, recién embalsadas de Los Caracoles.
Los remolinos mojaban a Paco Alcoba del EPSE, al ministro Strada, al jefe de inspectores Figueroa, que entre otras autoridades dieron su primer paseo por la obra hidroenergética en construcción más grande del país. Era una salpicadura feliz, porque la euforia en ese bote superaba incluso al miedo de que el gobernador fuera un primerizo como conductor de lanchas y ensayara varias carreras y frenadas mientras descubría el paisaje.
Al embalse le faltan hoy sólo 16 metros para llegar a su cota máxima de llenado (1090 metros) y el espejo ayer se veía muy distinto al que suele verse en Ullum: sumamente limpio.
"¡Con el murallón de fondo!", daba indicaciones para que lo retrataran a los fotógrafos que se subieron a una segunda y una tercera lancha por el paseo. El mismo gobernador fue quien dio varios timonazos para armar el cuadro perfecto, justo al lado del paredón. Mientras, le gritaba al conductor de una de las naves "¿Vamos a venir a pescar?, pero no levantés la perdiz..."
"¿Te acordás de cuántas reuniones hicimos en la casa de tu hermana, para ver cómo hacíamos esto?", pensaba en voz alta Gioja junto a Alcoba, hermano de la asesora letrada de Gobierno.
Strada, que parecía ir medio asustado en el asiento de atrás, apuntó que la gente podrá visitar el espejo de agua en unos dos meses y que la obra de Punta Negra, si se hace, no impedirá llegar al turista al lugar. Mientras tanto, el gobernador levantaba la mano apuntando a un cerro: "Ahí tendría que ir la confitería, con un mirador".
Antes de bajarse de la aventura de 40 minutos, el gobernador gritó "¡Viva Perón!" y "¡Viva San Juan!" varias veces. Y al poner un pie en tierra improvisó un último grito para los obreros que le preguntaban por Punta Negra: "¡Ya se viene, ya se viene!".
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