Podríamos -siendo benevolentes- tratar de justificar el hecho diciendo que la imposibilidad de retirar más de 1.350 MW de potencia eléctrica de Itaipú fue algo que ocurrió debido a la inexperiencia de los gerentes de la ANDE en este tipo de emprendimientos, y que debido a ese hecho, hoy, el Paraguay, a pesar de que necesita aproximadamente 1.750 MW no puede hacerlo, porque los responsables de la ANDE, en su inexperiencia, no construyeron en tiempo y forma la infraestructura necesaria, considerando que en Itaipú nuestra República tiene disponible 7.000 MW de potencia eléctrica, que son de su propiedad.
No obstante, nuestra benevolencia se desmorona cuando analizamos lo ocurrido en Yacyretá, emprendimiento binacional paraguayo/argentino, donde la ANDE también nos representa en carácter de representante de una de las Altas Partes Contratantes, es decir al Paraguay.
La operación de Yacyretá se inició en 1994, 10 años después de la entrada en servicio de la primera unidad generadora de Itaipú, y aunque Ud. no lo crea, en este emprendimiento de nuevo la ANDE no hizo correctamente sus deberes; esto puede observarse fácilmente si se verifica la cantidad de potencia eléctrica que la ANDE puede retirar de esta central hidroeléctrica.
En efecto, de Yacyretá la ANDE puede retirar apenas 400 MW de potencia eléctrica, de los 1.200 MW que a la fecha le corresponde, debido a la operación a cota reducida de esa usina, potencia disponible para el Paraguay que próximamente aumentara a 1.600 MW. Sin embargo, la ANDE, por varios años más, podrá retirar apenas los 400 MW ya mencionados más arriba. En este caso ya no se puede alegar falta de experiencia en el tema.
Otro aspecto también ignorado por las autoridades de la ANDE es la falta de instalación de los equipos necesarios y de la no construcción de las obras que posibilitarían la correcta interconexión de Yacyretá con el Sistema Interconectado Nacional Paraguayo (SINP); es decir, la falta de construcción de la infraestructura adecuada impide que la central Yacyretá opere en sincronía eléctrica con las demás centrales hidroeléctricas paraguayas, es decir con Itaipú y Acaray.
Esta situación implica una importante reducción de la calidad del suministro de energía eléctrica a los obligados usuarios de la ANDE.
Como resultado de la gestión de la ANDE, hoy sumando las potencias eléctricas posibles a retirar de Itaipú - 1.350 MW- , y de Yacyretá -400 MW-, tenemos que la capacidad total del parque generador binacional, lado paraguayo, es de 1.750 MW, siendo el total disponible y de propiedad paraguaya de 8.200 MW.
No debe olvidarse que la demanda máxima del SINP, en el mes de marzo del corriente año alcanzó 1.750 MW y continúa creciendo a valores de, cómo mínimo, 100 MW por año.
Demás está decir que los argentinos construyeron, en tiempo y forma, todas las líneas necesarias para llevar toda la energía eléctrica producida en Yacyretá, inclusive la parte paraguaya; en cambio nuestro país no puede retirar más que 400 MW, como ya lo dijimos, porque la ANDE no tomó las providencias necesarias para tal efecto.
Es decir, en Yacyretá se repitió exactamente la misma deficiente gestión de la ANDE ya identificada en Itaipú, que podríamos resumirlo en el no cumplimiento de la misión que le fuera encomendada por el estado paraguayo.
Las autoridades nacionales del actual gobierno deberían supervisar atentamente el desempeño de los actuales gerentes de la ANDE, ya que son los mismos que vienen administrando (¿?) esta importante institución del Estado desde hace 30 años y que, por lo expuesto, alguna parcela de responsabilidad tienen - algunos de ellos - de la desastrosa situación en que se encuentra la Administración Nacional de Electricidad. En época del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia, esto tendría un ejemplar castigo.
(*) Ing. electricista. Magister en planificación y conducción estratégica nacional.
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