Rindes parciales que apenas alcanzan el 50% de los promedios históricos generales, debido principalmente a la falta de precipitaciones en los momentos clave del desarrollo de los cultivos, permiten suponer que la cosecha gruesa que está pronta a finalizar es una de las peores de toda la historia.
Si bien aún no existen datos oficiales respecto de los volúmenes producidos, distintos dirigentes y productores agropecuarios de la región coincidieron en que los rendimientos actuales son pobres, y demostraron su preocupación respecto de lo que pueda pasar en las próximas temporadas, debido al aumento de los insumos, la baja en los precios y la cada vez más acentuada falta de lluvias.
Además, recordaron que un importante número de lotes ni siquiera fueron cosechados, ya que el escaso desarrollo del cultivo ocasionaba que ni siquiera valiera la pena ingresar con las máquinas.
El distrito de Guaminí no escapa a esta realidad, y cuando está a punto de finalizar la cosecha gruesa, el panorama es desalentador y preocupante.
Los rindes son magros tanto al sur como al norte del partido: en el primer caso, los rindes se soja promediaron 1.400 kilogramos por hectárea; mientras que en el otro sector no se superaron los 800 kilogramos.
"El panorama es muy triste. No es lo que se esperaba y los rindes son muy escasos", confesó Juan Balfour, presidente de la Sociedad Rural de Guaminí, quien afirmó que los promedios están muy por debajo de los casi 3 mil kilogramos que se registran en condiciones normales.
"Por si fuera poco, en la zona que va desde Salliqueló hasta Bonifacio se perdieron miles de hectáreas por causa del granizo", agregó.
El dirigente se mostró muy pesimista de cara al futuro, ya que los costos no se han cubierto en la mayoría de los casos.
"Los productores han trabajado a pérdida con esta cosecha. El arrendamiento se lleva mil kilogramos por hectárea y con estos rindes no se cubren ni los insumos. En algunos casos ni siquiera entraron las cosechadores a los lotes porque la pobreza de los cultivos era evidente. Así va a ser muy difícil que los chacareros vuelvan a sembrar", finalizó.
Una situación similar se vive en Guaminí con el girasol y, si bien la recolección de maíz todavía no concluyó, se estima que este cultivo correrá la misma suerte.
En Puan, el ingeniero agrónomo Mario Tranier expresó que los rindes de la cosecha gruesa fueron bastante pobres, y destacó que en algunos cultivos las pérdidas son totales.
Indicó que este año el único cultivo que obtuvo rendimientos fue el girasol --osciló en los 400 kilos por hectárea--, ya que el sorgo no se pudo cosechar porque no llegó a espigar.
"En nuestro caso, es poca el área de granos gruesos sembrada y los rindes fueron malos o, directamente, se registraron pérdidas totales", agregó.
Afirmó también que tampoco será posible cosechar varios lotes sembrados con soja debido a la intensa sequía, y que en aquellos en los que sí ingresó la cosechadora se obtuvieron aproximadamente 100 kilos por hectárea.
"Los sorgos no se pudieron cosechar, pero se utilizaron para pastoreo y se cortaron algunos para rollos", comentó.
Por otra parte, remarcó que en la actualidad el perfil del suelo no se encuentra en condiciones para sembrar granos finos por la ausencia de humedad, así como se dificulta la producción de forrajes de pasto para la hacienda.
"Los verdeos de invierno --sostuvo-- están sembrados y nacidos, aunque algunos ya comenzaron a secarse. No hay reservas forrajeras ni rollos, y traer el pasto es muy caro. Actualmente, la ganadería está bastante afectada porque hasta la fecha precipitaron menos de 100 milímetros en esta zona", expresó Tranier.
"Estamos 150 milímetros por debajo del promedio histórico de lluvia en Puan, por lo que se deberían producir precipitaciones abundantes para que el suelo comience a humedecerse y haya alguna condición de siembra", concluyó.
En Oriente
La cosecha de girasol y soja está dando los magros resultados previstos en Oriente, en Coronel Dorrego. La falta de agua de los meses estivales generó un stress hídrico en los cultivos imposible de revertir con las lluvias de fines de febrero y marzo, y esta situación desembocó en resultados poco alentadores en los rindes de la cosecha en la zona.
"En Oriente, los rindes de soja no pueden medirse todavía porque los trabajos de recolección recién comienzan, pero se estima que andarán entre 900 y 1.100 kilos por hectárea, hablando del cultivo de primera opción.
"En la soja de segunda ni siquiera van a entrar las máquinas. La escasez de humedad en el suelo hizo que fuera muy complicada la siembra y que nacieran muy pocas plantas", señaló el productor local Leonardo Traverso, quien agregó que los rindes de girasol promediaron en mil kilos por hectárea.
Sorpresa en Tres Arroyos
La cosecha gruesa en Tres Arroyos viene dando "sorpresas para abajo", según confió el asesor técnico de la Cooperativa Alfa local, el ingeniero agrónomo Rubén Caro.
De acuerdo a la observación que hizo el profesional encargado de supervisar el avance de los cultivo en una importante zona productiva como Cascallares, Copetonas, San Francisco de Bellocq, Claromecó, San Mayol, Ochandio y los alrededores de la cabecera, "la falta de agua impactó en un 40 o 50% de los kilos promedio, tanto de girasol como en algún lote de soja".
"En general hay sorpresas para abajo, ya que estamos obteniendo la mitad de lo que el campo acostumbra en esta zona en cuanto a soja", agregó.
"Hasta el momento, la cooperativa cosechó unas 7 mil u 8 mil hectáreas de girasol y algo de soja. Si bien se trata de lotes aislados, sirven para ver que estamos lejos de lo que se esperaba", indicó.
Luego de afirmar que para la finalización de los trabajos quedan entre 15 y 20 días, indicó que en los cultivos de segunda se viene observando el mismo panorama.
"Muy pocos venían bastante bien y se mantuvieron así, pero también están muy dispares. En el resto de las zonas no se pudo sembrar, incluso en algunos sectores de primera", concluyó Caro.
Golpeados en Pringles
El presidente de la Asociación de Productores de Coronel Pringles, Jesús Díaz, dijo que el balance de la cosecha gruesa es muy malo, y manifestó que el panorama es desalentador. "Venimos golpeados, y las expectativas son malas. Con suerte, podríamos llegar a obtener rindes de 500 kilogramos por hectárea de girasol --dijo--. En cuanto a la soja, si bien está más atrasada, los rendimientos han caído y podrían obtenerse unos 600 kilogramos, añadió el dirigente, quien calificó como "desastrosa" a la situación del campo en Pringles.
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