El gobierno neuquino inició las tareas de "cierre y abandono definitivo" del primer pozo realizado en la década del 70 en el yacimiento geotérmico Copahue. El vapor surgía de manera libre a la atmósfera a través de instalaciones que estaban descontroladas, lo que representaba no sólo un riesgo sino también el despilfarro de un recurso que bien explotado es para siempre.
Las tareas son llevadas adelante, desde el 7 de abril, por la Agencia de Desarrollo de Inversiones de Neuquén (ADI-NQN) que preside el ex gobernador Pedro Salvatori. Es una de las metas que se puso el organismo cuando diseñó la construcción de una central geotérmica en el gran reservorio ubicado en el subsuelo de la zona aledaña a Copahue.
El COP I, así se llama el pozo, fue perforado a partir de 1975, en función de la exploración del yacimiento y de sus recursos. Fue proveedor de una central piloto ubicada a orillas de la laguna Las Mellizas.
Esa central quedó fuera de servicio en los 90, sin que el Estado invirtiera siquiera en las obras necesarias para mantener controlado el pozo o directamente sellarlo.
La central piloto había sido habilitada en 1988 y fue la primera en su tipo en Sudamérica. A su inauguración asistió el entonces presidente Raúl Alfonsín.
En total fueron cuatro los pozos perforados "con el objeto de estudiar y evaluar el potencial geotérmico de dicho campo para la producción de energía", informó ayer la ADI-NQN.
La corrosión del contacto del vapor sulfuroso con el aire hizo que las piezas metálicas se fueran destruyendo. Desde 1995 y hasta ahora un ruido ensordecedor rodeó el pozo, del que surgía una alta pluma de humo blanco. El organismo informó que su vicepresidente, Luis Galardi, fue el responsable técnico del emprendimiento original y ahora dirigió los trabajos técnicos para "reparar este daño y preservar un recurso renovable y no contaminante como lo es el geotérmico".
El vapor acumulado en el subsuelo no es infinito como recurso porque una explotación intensiva podría terminar con él, pero con un manejo lógico es sustentable.
La obra fue adjudicada a la empresa Blok, "que en conjunto con otras dos firmas neuquinas, movilizaron sus equipos y más de 40 personas hasta el emplazamiento del pozo en proximidades de la laguna Las Mellizas".
No es sencillo porque se trabaja con temperaturas cercanas a los 200 grados.
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