Los investigadores Luis Antezana Ergueta, Milton A. Lérida, junto al historiador Tito Ibsen, coincidieron en que los preacuerdos alcanzados entre Bolivia y Chile sobre el pago por el uso de las aguas del Silala son una estafa, porque en su criterio lo correcto es que se pague por la totalidad del recurso y además que sea con carácter retroactivo.
A principios de abril, el vicecanciller, Hugo Fernández, y su homólogo chileno, Alberto Van Klaveren, anunciaron en Santiago el acuerdo que sería firmado en el transcurso del mes, luego que el documento sea sometido a consultas finales. Según se conoció, el pago que hará Chile a Bolivia tendrá un valor variable, en función al empleo que se dé al mismo y el provecho que se saque y que no será retroactivo. Ese pago se haría a partir de la firma del acuerdo y hasta que terminen los estudios que precisen si el Silala es un río o vertiente
Para el investigador Luis Antezana, se prevé, por las informaciones que hay al respecto, que Chile pagará a Bolivia por el uso del 50 por ciento de las aguas, lo que equivaldría a 15 mil dólares por día, algo que considera sumamente injusto, porque este monto no guarda relación con la realidad. “Es más, es absolutamente detestable que se hubiese dejado al olvido el hecho de que Chile aprovechó los cien años anteriores de las aguas del manantial del Silala, sin haber pagado un solo centavo”, aseveró.
Según Antezana, la empresa que utiliza esta agua comercializa el recurso y gana por día más de 126 mil dólares. “Chile debería pagar a Bolivia no sólo por una pequeña parte, sino por el total de las aguas que recibe o sea 126 mil dólares al día. Con esa conclusión estaríamos perdiendo casi 111 mil dólares diariamente que al año se hace mucho mayor, mientras el pueblo boliviano confronta problema ”, expresó.
Por su observación, el experto constata que la negociación carece de transparencia y que “no está bien encaminada y que existe mucha ingenuidad”, porque la negociación por este recurso debería hacerse por el cien por ciento de las aguas que Chile recibe de Bolivia y sobre una apreciación subjetiva.
En tanto, el investigador Milton A. Lérida, califica como incomprensible que los gobernantes hayan llevado la duda sobre el origen de las aguas del Silala, sabiendo y conociendo que fueron las autoridades de Chile y el representante de la Compañía The Antofagasta and Bolivia Railway Company Limited, quienes solicitaron una concesión de las vertientes del Silala.
“Las aguas del Silala son bolivianas, nacen en territorio boliviano, sin embargo, todos los gobiernos, incluido el actual, se engatusaron y engañaron ellos mismos; por eso aceptan comisiones de estudio para determinar si las vertientes del Silala constituyen un río internacional”, dijo a tiempo de recordar que en 1906, los ingleses y los chilenos conocían y sabían que las aguas estaban bajo soberanía de Bolivia y que por eso solicitaron la concesión en ese entonces.
Por su lado, el historiador Tito Ibsen, sostiene que esta negociación es una gran “estafa”, porque pese a que Bolivia tiene la suficiente documentación para sustentar que el Silala nace de una vertiente y que su caudal fue desviado, los gobernantes no hacen nada para hacer respetar este derecho.
“¿Por qué el pago de supuestamente el 50 por ciento y no del cien por ciento? Si tenemos todo para justificar, hay mapas muy antiguos que así lo demuestran, pero lo peor es que dentro de la miseria que quieren pagar no se reconozca por lo menos el carácter retroactivo; son más de cien años que Chile ha usado estas aguas y no va pagar ni un solo centavo, eso es indignante”, argumentó.
El especialista considera que una vez más los chilenos están manipulando las cosas a su favor. Consultado sobre los estudios que se realizarán en estos cinco años, los que podrían dar una solución definitiva al tema, Ibsen sostuvo que no es posible que éste se solucione, porque los que van a hacer estos estudios son empresas chilenas.
“Nosotros podemos sustentar que las aguas del Silala son de vertiente y no de un río internacional sin necesidad de estudios, es la misma historia, documentos que existen que pueden ser buscados y mostrados como pruebas, pero parece que a las autoridades no les interesa”, puntualizó.
Lérida calcula que Chile se beneficia con más de 9 millones de metros cúbicos de agua por año. Tomando en cuenta que las empresas industriales de la ciudad de El Alto pagan un dólar por cada metro cúbico, se puede concluir que el país ha perdido más de 9 millones de dólares anuales en los últimos 100 años |
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