A los pies de decenas de casas apiladas en la sierra de Guadalupe, la posibilidad de una gran inundación de aguas negras en la ciudad de México se diluye poco a poco.
A un costado de la avenida Centenario, colonia Martín Carrera, en la delegación Gustavo A. Madero, se ubica la lumbrera 8A del interceptor oriente, que ayer concluyó su rehabilitación junto con otros 11 kilómetros del sistema de drenaje profundo.
A 47 metros de profundidad, miles de trabajadores repararon las paredes y suelo del tubo que mide 6.5 metros de diámetro y por donde circulan las aguas negras y de lluvia que se generan en la capital.
Con ello, Ramón Aguirre, titular del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), aseguró que los capitalinos cuentan con un sistema de desagüe más seguro y eficiente, ya que se recuperó una capacidad de desalojo de 20 metros cúbicos por segundo que evitará al drenaje operar en condiciones extremas.
Así, se pasó de 110 a 130 metros cúbicos por segundo, pero todavía no se alcanza el nivel original de 160 metros cúbicos por segundo.
“Contamos con un sistema seguro que nos garantiza que no haya colapso o una falla que vaya a impedir su funcionamiento”, dijo Aguirre.
Aceptó que la solución a largo plazo es construir el emisor oriente, que actualmente edifica la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pero dijo que la rehabilitación de 11 de los 168 kilómetros del sistema del drenaje profundo es fundamental.
Pidió que no se abandone el tema, pues si ya se repararon los puntos más críticos, es necesario mantener la rehabilitación estructural de los tramos más dañados y aumentar la capacidad.
Hace un año, cuando en 14 años no se había dado mantenimiento, el túnel presentaba varillas expuestas, filtraciones de agua y concreto corroído en las paredes.
Ayer, ya con mil 650 millones de pesos de inversión, se observó el tubo color amarillo y blanco de la pintura mezclada con químicos para protegerlo de gases tóxicos generados por las aguas negras.
El frío de la superficie no se reflejó abajo, donde el aumenta la temperatura. El hedor a caño poco a poco volvía al túnel.
Desde ayer, la ciudad volvió a contar con su sistema de drenaje profundo operando, pero será hasta dentro de 10 días cuando se normalice al ciento por ciento.
Mientras los últimos trabajadores laboran para quitar la maquinaria en el emisor central e interceptores, miles de capitalinos seguían caminando o manejando encima de la telaraña del drenaje profundo.
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