Los cuarteles de bomberos de toda la provincia permanecen en estado de alerta debido a la amenaza persistente de los focos ígneos que se registran en varios puntos del territorio correntino. De todos modos, de los 82 focos que se contabilizaron durante el fin de semana, ayer ese número disminuyó considerablemente a 24, gracias al descenso de la temperatura y las precipitaciones aisladas.
Por ese motivo, durante la mañana de ayer el panorama era tranquilo; sin embargo, en horas de la siesta los Bomberos Voluntarios de Caá Catí debieron acudir de emergencia a la zona de la estancia Capillita para frenar el avance de las llamas.
De acuerdo al informe brindado a este diario por Gustavo Mambrín, jefe de los Bomberos Voluntarios de Caá Catí, “las llamas ingresaron por detrás de la estancia ya que se trata de un foco que se inició el sábado en el estero Timbó Porá. Estaba controlado pero el cambio del viento alentó el rebrote y consumió varias hectáreas de pastura en la estancia”, relató a El Litoral el bombero.
Cabe señalar que el ingreso a la estancia se encuentra por Ruta 5, pero el fuego avanzó por la parte posterior ya que el foco que se extendió se encontraba en el estero mencionado. De todos modos, no fue el único incendio que se produjo a la vera de esta ruta ya que durante la tarde de ayer también se quemaron unas 20 hectáreas de campo pero que fueron sofocadas rápidamente por los efectivos.
En tanto, Mambrín comentó que es casi imposible cuantificar la superficie quemada en la zona de los esteros porque son innumerables los focos que se produjeron durante todo el fin de semana pasado.
En este sentido, la directora de Defensa Civil de la provincia, Pabla Acosta de Servín, expresó en el programa Sujeto y Predicado de Radio Horizonte que en la zona más crítica de San Miguel, Concepción e Ituzaingó no llovió en gran cantidad. Las localidades que más se beneficiaron con las precipitaciones fueron Alvear, La Cruz, Paso de los Libres, Garruchos, entre otras pertenecientes a la costa del Uruguay.
Por su parte, el jefe del departamento Plan de Manejo del Fuego de la Dirección de Recursos Forestales, Carlos Jacobo manifestó en radio La Red que los campos siguen ardiendo pero en menor medida. El funcionario también puso de manifiesto que las temperaturas más bajas, el cambio en la dirección del viento y la lluvia caída favorecieron el control de los focos que estaban más descontrolados.
En ese sentido, expresó que las precipitaciones fueron escasas, pero trajeron alivio a la región. Entre los detalles que brindó dijo que la zona donde más agua cayó fue en Malvinas, una zona rural del departamento de Esquina, donde alcanzó 20 milímetros; mientras que en otras regiones del territorio correntino rondaron los 5 y 8 milímetros.
De ese modo, explicó que la lluvia, el rocío, el cambio en la dirección del viento y la baja de la temperatura ayudaron a que los focos ígneos puedan controlarse, pero la Dirección de Recursos Forestales conjuntamente con Defensa Civil y las asociaciones de bomberos monitorean constantemente la zona.
En cuanto a las pérdidas que causan los incendios, dijo que en todos los casos “se multiplican por diez”. Por ese motivo, reiteró el pedido a los pobladores rurales de “no utilizar el fuego cuando las condiciones sean extremas y tener la precaución de controlarlo” ya que “un incendio declarado genera focos secundarios ayudados por los vientos que levantan chispas incandescentes generando nuevos incendios. Es decir que el mismo incendio que genera nuevos incendios”.
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