Más de medio millón de personas sin agua. Una jornada de 40 horas sin descanso para los obreros de OSE. La crisis paralizó oficinas públicas, escuelas, liceos y varios comercios. Los hospitales fueron asistidos por cisternas de la empresa estatal.
Juan Carlos Mauttone es jubilado de una tabacalera. En febrero se mudó para el campo ubicado en el kilómetro 22,900 de la ruta 36. Iba a cumplir su sueño de vivir en paz en Melilla, junto a su esposa y muy cerca de uno de sus hijos. Pero había algo que ignoraba hasta hace poco más de una semana: bajo el suelo en el que termina de levantar su casa pasa la cuarta línea de bombeo de OSE.
El lunes por la mañana la cuadrilla de obreros que trabajaba en el terreno desde la semana pasada tuvo un problema. La cámara de hormigón que guardaba una válvula de presión -una suerte de llave de paso gigante- se desplomó sobre el grueso caño. En ese momento todos temieron lo peor: que el accidente hubiera provocado una fisura en el añoso ducto de material.
"En este momento lo que me preocupa es que las 400.000 personas que no tienen agua vuelvan a tenerla", decía Mauttone, con filosofía mientras miraba el ir y venir de las retroexcavadoras sobre el vasto cráter abierto para llegar a la cuarta línea.
Unas horas ante lo había llamado el presidente de OSE, Martín Ponce de León para asegurarle que la empresa se haría cargo de volver a dejar su terreno en condiciones. "Eso es todo lo que necesito, yo confío en la palabra de la gente", comenta Mauttone.
El ducto de la cuarta línea de bombeo, de valor estratégico para el suministro de agua potable de toda la ciudad, tiene 47 años. Un caño de 1,66 metros de diámetro construido de hormigón. Los técnicos dicen que ya está al borde de su vida útil, medio siglo, pero que probablemente continúe rindiendo servicio por varios años más.
El intenso trabajo de la cuadrilla de OSE, con apoyo de cuadrillas y maquinarias de la empresa Teyma, persiguió un objetivo durante buena parte de la jornada. Era llegar hasta el ducto si el agua de napa lo permitía. De otra manera no había condiciones para que los obreros trabajaran allí.
Sin parar. Esteban Carabajal es corpulento. Al igual que sus compañeros se mueve en el barro como en una suerte de gravedad cero. "Hace 36 horas que trabajamos sin parar", dice con una sonrisa y sin mayores signos de cansancio.
En medio del trajinar de los 40 obreros y máquinas, el presidente de OSE, Martín Ponce de León, y varios miembros del directorio seguían los movimientos con atención desde los altos montículos de tierra removida.
La excavación de unos seis metros de profundidad, a escasos metros del cauce del arroyo Las Piedras -utilizado como desagüe para regular la presión de los 250.000 metros cúbicos que circulan por día- tropezó repetidamente con el agua surgente de la napa terrestre. La maniobra de "achique" fue realizada por cuatro bombas, que debieron ser cambiadas varias veces durante la tarde por otras de mayor potencia.
Recién sobre la hora 18 el enorme ramal era completamente visible. Para entonces la cuadrilla de obreros llevaba 36 horas de trabajo ininterrumpido. "Estamos sustituyendo la válvula, el proceso de rellenado lleva varias horas, si logramos terminar ahora mañana (hoy) habrá agua normalmente", explicó en ese momento el ingeniero Ponce de León.
Para entonces muchos técnicos respiraban aliviados. El desplome de la cámara podía haber provocado una rotura mayor, algo que no se confirmó finalmente.
Algunos técnicos consultados por El País en el lugar señalaron que la restitución total del servicio no podía producirse en forma inmediata. El ducto debe ser llenado lentamente, debido a que al estar vacío y lleno de aire durante las reparaciones, al ingresar el agua aumenta la presión y puede ocasionar riesgos de roturas mayores.
La cuarta línea de bombeo surte a los tanques del Cerrito, los que a su vez abastecen a buena parte de la ciudad. Dado que las reservas de estos tanques menguaron ayer, el proceso de llenado puede hacer demorar la llegada del líquido a las conexiones domiciliarias.
Anoche OSE estimaba que hoy por la mañana casi toda la ciudad contaría con agua potable, aunque "es posible que existan problemas de presión y de turbiedad, lo cual no implica que sea perjudicial para la salud", precisaban las autoridades. El denominado "punto crítico" quedó resuelto. No obstante, los trabajos en el campo de Mauttone continuarán aún durante varios días.
"Yo sé que otros vecinos se sentirían muy molestos, pero yo estoy tranquilo. Entre lo colectivo y lo personal, me quedo con lo primero", apuntó el propietario del predio.
Desde el último recodo del mapa, Mauttone espera que en pocos días termine la obra y vuelva la paz que buscaba. Y el agua. (Producción: A. Mendieta)
Hombres, máquinas y agua
El corte de agua en Montevideo ocurrió por una falla en la cuarta línea de bombeo, sobre el kilómetro 22,900 de la ruta 36, cerca del arroyo Las Piedras. Fue detectada el lunes de mañana y comunicada por OSE a la hora 16.45. En principio preveían reparar el desperfecto para la hora 6 de ayer. Sin embargo, para llegar al ducto, debieron excavar más de seis metros bajo tierra. Utilizaron dos generadores autónomos con 100 kilowatts de potencia. La cuarta línea recorre algo más de 40 kilómetros; desde el punto de rotura hasta el centro de la capital hay 22 kilómetros. En las operaciones intervinieron unas 150 personas, entre obreros y técnicos de OSE y personal de la empresa Teyma. En la operación participaron cinco máquinas excavadoras, dos grúas, una decena de camiones y cuatro bombas de succión que fueron usadas para limpiar el terreno y permitir a los obreros revisar el ducto y sustituir la válvula dañada.
Las cifras
38 horas sin agua en Montevideo desde el lunes a la hora 18 cuando OSE alertó del problema, hasta la hora 8 de hoy.
47 años tiene el ducto de la cuarta línea de bombeo, que abastece los tanques del Cerrito. Se construye una sexta línea de bombeo.
Afectó a escuelas, hospitales y liceos
OSE abasteció con camiones cisterna a hospitales, centros de salud y de diálisis para que pudieran mantener la realización de sus tareas y el nivel adecuado de higiene.
"Estamos verdaderamente muy preocupados, está afectando a todos los centros del área metropolitana. La dificultad es que en un hospital el agua debe ser potable, no sirve cualquier camión. Eso nos ha creado verdaderos problemas a los que hemos tratado de responder de la mejor manera posible", declaró la ministra de Salud, María Julia Muñoz. En el hospital Pasteur hubo que retrasar cuatro cirugías de urgencia porque el camión cisterna llegó a las 18 horas, informó Canal 12.
A CLASE. Los liceos, escuelas y centros de UTU ubicados en la zona afectada por el corte retomarán hoy sus clases, salvo que haya una nueva comunicación de OSE en la madrugada de hoy, dijeron las autoridades.
"OSE nos comunicó que se han restablecido las conexiones y falta verificar la potabilidad. Como el problema mayor era la higiene, y la alimentación escolar la podemos resolver con menú de emergencia, no encontramos méritos suficientes para suspender las clases", explicó Óscar Gómez, consejero de Primaria.
"Nos advirtieron que el servicio ya estaba restablecido y que iba a demorar 10 horas, con lo cual seguramente sea normal mañana en la mañana, por lo que los liceos funcionarán normalmente", dijo Alex Mazzei, directora del consejo de educación Secundaria.
Ayer, el turno de la mañana funcionó con normalidad, mientras que el de la tarde se suspendió en los centros que no tenían reservas suficientes de agua. Los maestros fueron a las escuelas para recibir a los niños cuyos padres no se hubieran enterado de la suspensión.
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