El cierre de varios puestos y centros de salud del norte de Cali, debido a la crisis financiera que enfrenta la de ESE Norte, que opera en esta zona, ha generado una fuerte controversia.
Mientras la comunidad sostiene que estos sitios de atención eran indispensables, la Administración Municipal asegura que el servicio se canceló porque la mayoría de los habitantes hace parte del régimen contributivo, es decir, que puede acceder a las EPS.
Hasta el momento permanecen cerrados los centros de salud Álamos, Porvenir, Sena, Salomia y los puestos de Chiminangos y Petecuy III, aunque se dice que hay otros catorce puntos que han reducido su paquete de servicios.
El País hizo un recorrido por estos sitios, en donde la comunidad dice sentir un gran dolor, porque “ahora parece que ya no tenemos derecho a enfermarnos”.
Doña Carlota, de 74 años, asegura que su salud empeoró desde el 31 de diciembre del 2008, cuando se cerró definitivamente el centro Los Álamos de la Comuna 2.
“Me siento muy enferma y me cuesta mucho trabajo caminar o coger un bus hasta otro lugar. Mi columna cada vez está peor y por eso necesito que me vuelvan a atender aquí en el barrio porque no estoy afiliada a ningún régimen”.
Y es que según el presidente de la Junta de Acción Comunal de los Álamos, Hugo García, cerca de 50 personas al día requerían el servicio del centro.
En el barrio Porvenir, las quejas de la comunidad tampoco se han hecho esperar. Para Carlos Humberto Figueroa las autoridades cometieron un atropello al cancelar el servicio médico, pues esto ha puesto en riesgo la vida de ancianos, niños y madres cabeza de familia.
“Nosotros no tenemos dinero, no es posible que nos digan que se cerró porque no estaba dando ganancias, cuando el Gobierno debe entender que la salud no puede ser rentable. Ahora mi familia y yo tenemos que caminar más de doce cuadras para conseguir un doctor”, dijo.
“El servicio no era indispensable”.
El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, insistió en que la mayoría de los centros y puestos de salud que se cerraron atendían a población asegurada y por eso el impacto no es tan grave.
“Los puntos de salud que se cerraron no se pueden mirar bajo la misma lupa. Hay que entender que hay unos que se encontraban a escasas cuadras de otra institución, así como hay otros que tenían una proporción mayoritaria de habitantes que podían ir a un centro de atención privada”, declaró.
Sin embargo, el Mandatario local reconoció que el puesto de salud de Petecuy III, que ahora atiende a través de una unidad móvil, se debe reabrir, por lo que se revisarán los problemas de redes de acueducto que ha tenido.
Con respecto a los otros puntos, el médico Ospina recordó que algunos se transformarán en Cariños, centros que atenderán a población infantil, entre los 1 y 5 años.
Por su parte, el gerente de la ESE Norte, Alber Giraldo, respaldó la posición del Alcalde y agregó que la mayor parte de los barrios en donde se canceló el servicio era de estratos 4 y 5, “mientras que nuestra población objetivo es de 1 y 2”.
Giraldo explicó que la decisión del cierre se tomó a raíz de la crisis económica que enfrenta esta red de salud, que requería de una reducción de gastos.
“Hicimos un estudio y vimos que se podía cancelar el servicio en algunas partes, sobre todo porque la Administración nos redujo $1.600 del presupuesto, entre el 2008 y el 2009, al tiempo que la población pobre que atendemos aumentó de 69.000 personas a 98.000”.
No obstante, el Gerente de la ESE Norte anunció que se revisará de nuevo cada uno de los puntos que fue cerrado para verificar cuáles deberían reabrirse.
Entre tanto, en el barrio Salomia algunos ciudadanos aceptaron que hacían parte del régimen contributivo, pero aún así utilizaban el centro de salud, pues “las citas en la EPS tardan más de ocho días”.
Frente a esta situación, el Alcalde indicó que se trata de un problema geográfico que no está es sus manos, “pues estas entidades deberían atender en puntos cercanos a la comunidad”.
Polémica con el HUV
El alcalde Jorge Iván Ospina desmintió las declaraciones de la directora del Hospital Universitario del Valle (HUV), María Lucero Urriago, quien aseguró que la institución se había congestionado a causa del cierre de los centros y puestos de salud en Cali.
El médico Ospina, quien fue director del hospital, afirmó que “la población que atiende el HUV es muy distinta a la de los centros de salud. La saturación del hospital se debe a personas que requieren atención por traumas o heridas con arma de fuego, y éstas provienen de la Ladera y el Oriente y no del Norte”. |
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