La Asociación Rural del Uruguay (ARU) estima que la sequía que atravesó el país entre octubre de 2008 y febrero de 2009 implicó la pérdida de unos US$ 868 millones en el sector primario y la desaparición de unos 12.800 puestos de trabajo.
Estiman que las pérdidas totales fueron de un 75% en el área de la producción ganadera, un 11% en la agricultura, un 11% en la lechería y un 3% en la citricultura.
Las cifras fueron presentadas por el presidente de ARU, Manuel Lussich, quien solicitó a los ingenieros Juan Peyrou y Julio Preve Folle que confeccionaran un cálculo estimativo de los daños provocados por la sequía. El objetivo de la presentación y confección del análisis fue generar insumos para el debate y no una forma de reclamo, explicó Lussich.
Las pérdidas en el sector pecuario bovino encabezaron la caída en el sector con US$ 448,9 millones, equivalentes a 490 toneladas de carne. Estiman que este año habrá unos 573 mil terneros menos, lo que afectará sensiblemente las exportaciones futuras. La pérdida por concepto de praderas implantadas que no prosperaron alcanzaron los US$ 73,7 millones.
Las estimaciones de los técnicos de la ARU marcan con énfasis que se perderán unos US$ 680 millones en futuras exportaciones dado que se paralizó el ciclo biológico para alcanzar los pesos necesarios para colocar la producción en los mercados internacionales.
El sector lechero perdió unos US$ 92,2 millones de acuerdo a las cifras que maneja Conaprole, sin tener en cuenta el gasto en forraje
La agricultura perdió unos US$ 125,5 millones. Para alcanzar ese dato tomaron en cuenta el área no sembrada porque no había humedad suficiente en los suelos en el momento preciso. Esto determinó que los productores no iniciaran la siembra con el laboreo de tierras finalizado en muchos casos. Por otro lado también analizaron las caídas en los rendimientos de los cultivos que resultaron las más importantes.
El cultivo más afectado fue el de la soja, con pérdidas superiores a los US$ 70 millones, seguido por la citricultura con US$ 30 millones. Curiosamente el sector arrocero se vio beneficiado por la sequía ya que las horas de sol fueron las adecuadas para realizar los laboreos y cultivos.
Empleo. Con respecto a las cifras de empleo el ingeniero Peyrou aclaró que la estimación se basa en la matriz insumo / producto que determina el Banco Central, con lo que se calcula el PIB entre otros indicadores.
En este caso, tomaron el indicador que explica la reducción de la economía como consecuencia de la sequía en el entorno de 1,5%, que expresado en masa salarial serían unos US$ 76 millones. La ARU dividió ese indicador por salarios promedio de US$ 6.000 anuales, lo que arroja una cantidad de 12.800 empleos perdidos.
Conservadores. Los técnicos insistieron que esas cifras tienen un carácter conservador y para realizar el informe no se tuvo en cuenta la mortandad de animales ya que el dato final se conocerá en la próxima primavera, suponen que ese no es el mayor problema dado que las pérdidas mayores son por otras razones. En términos históricos las mortandades más importantes son las que se producen durante los meses de invierno.
Tampoco tuvieron en cuenta los intereses pagados por incumplimientos crediticios y las estrategias de mitigación del fenómeno, como alumbramiento de aguas y transporte de ganado a otros potreros.
Los técnicos de la ARU manejan que si los registros pluviométricos de los meses finales de 2008 y comienzos de 2009 hubiesen sido similares a los de los registros históricos, el PIB uruguayo habría crecido 1,5 puntos más y que por el mismo motivo no van a circular unos US$ 1.220 millones.
El presidente de ARU, Manuel Lussich, insistió en que estas cifras tienen en cuenta lo perdido hasta fines del mes de febrero y que en las últimas semanas el problema se "recrudeció" en algunas zonas del norte del país. Prometió una evaluación final con más elementos para el mes de noviembre cuando el fenómeno climático se haya disipado.
Lo que la sequía se llevó
Pecuaria: US$ 651 millones de pérdidas. Por caída en el peso del stock bovino se perdieron unos US$ 448,9 millones, equivalentes a unas 490 mil toneladas menos. Por la no generación de terneros se perdieron otros US$ 97,3 millones. Habrá 515 mil terneros menos, aproximadamente. Por la caída en el precio de la faena, US$ 11,4 millones. Por la pérdida de praderas implantadas. US$ 73,7 millones. Y por uso de raciones no habituales otros US$ 19,8 millones. Agricultura: US$ 125,5 millones en pérdidas. La producción de soja perdió US$ 71,2 millones, la de girasol US$ 3,9 millones. Mientras que la papa y el sorgo perdieron US$ 6,4 y US$ 2,5 millones. El sector citrícola perdió US$ 30 millones. El arroz generó ganancias por US$ 7,8 millones por la sequía.
Lechería: US$ 92, 2 millones. Por caída en la producción US$ 25,1 millones, por deterioro de praderas otros US$ 22,4 millones y por uso de ración US$ 44,7 millones
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