Con pronósticos de lluvia por arriba del promedio para este año y el incumplimiento de las obras y acciones de protección del Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT), los tabasqueños muestran temor y escepticismo por el riesgo de ser anegados nuevamente por la creciente de ríos.
Así lo afirman autoridades estatales y legisladores tabasqueños, al externar su malestar por la falta de trabajo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
La preocupación de sufrir un nuevo desastre hidrológico, se incrementó luego de que las autoridades de la Conagua aceptaron que no se descarta esa eventualidad y que el atraso en el PHIT se debe al burocratismo para acceder a los recursos con que se efectuarían las obras de protección.
Por ello, se busca que los programas de Conagua sean multianuales, para que no nos detengamos con la autorización presupuestal, adujo José Luis Luege Tamargo, titular de la dependencia.
En una exposición, el pasado 16 de abril, para atemperar la inquietud y zozobra por el lento avance de las acciones que pretenden evitar que la población se vuelva a inundar, Luege Tamargo argumentó que la institución estaba sujeta a un presupuesto anual y “mientras no se autoricen los recursos, no podemos ejercer. Y esto es negativo ante un proyecto tan importante”.
Anunciado por el presidente Felipe Calderón en abril de 2008, con el PHIT ya no se repetirán tragedias como la inundación de noviembre de 2007, cuando precipitaciones provocaron el desbordamiento de los ríos Samaria, Carrizal, La Sierra, Grijalva y Usumacinta, que afectaron a un millón de tabasqueños y causaron cuantiosas pérdidas.
Sin embargo, las autoridades tabasqueñas acusan a la Conagua de que este año ha desaprovechado el tiempo de estiaje para avanzar en las obras y sigue sin aplicar los casi mil millones de pesos autorizados por el Congreso de la Unión para 2009.
En 2008 se pudo enfrentar una creciente con un caudal menos intenso al de 2007, debido a obras emergentes, como la construcción de 68.5 kilómetros de muros de costales rellenos con arena.
El mismo 16 de abril, ante Luege Tamargo, luego de que éste terminó una exposición de las acciones realizadas, el gobernador Andrés Granier Melo, expresó su escepticismo y señaló que se quedaba “preocupado”.
El subdirector general técnico de la Conagua, Felipe Arreguín Cortés, al destacar el impacto del cambio climático, se quejó ante el mandatario y urgió a esa dependencia a realizar las obras de protección contra inundaciones.
Durante la reunión de difusión de la temporada de ciclones tropicales 2009, expuso la necesidad de que se cumpla lo previsto en el plan que el presidente Calderón instruyó.
Incluso, el 3 de abril, el secretario de Gobierno, Humberto Mayans Canabal, en reunión con Roberto Quaas Weppen, director general del Centro Nacional de Prevención de Desastres de la Secretaría de Gobernación, solicitó ser el conducto para interceder y acelerar los trabajos que brindarán protección a la planicie tabasqueña.
Y coincide con el secretario de Obras Públicas local, Héctor López Peralta, al demandar disponer de los recursos existentes de las obras para proteger a la población y explicar que la Conagua no responde a esta demanda ni les presenta los proyectos que el gobierno estatal debe validar para su construcción.
El 1 de abril, el pleno del Congreso local avaló una propuesta con punto de acuerdo planteada por la diputada Casilda Ruiz Agustín (PRD), al exhortar al gobierno estatal para presentar denuncias penales en contra de quien o quienes resulten responsables de la omisión para ejecutar el plan hídrico.
La legisladora recuerda que las lluvias atípicas y el inadecuado manejo de las presas propiciaron el peor desastre de la historia.
Exigen levantar muros para contener la riada
Entre las principales obras que están sin iniciar para evitar la inundación de esta capital, se encuentran los muros de protección sobre los malecones de ambas márgenes del río que atraviesa sobre el centro.
En febrero pasado se retiraron las altas murallas construidas con cientos de miles de costales con arena que en 2008, aunque el volumen era menor, contuvieron el caudal del río y evitaron una inundación similar a la de 2007, cuando el centro y colonias de esta capital quedaron bajo el agua.
Aún no se inicia la construcción de los muros de protección que sustituirían la costalería retirada y en caso de no efectuarse a tiempo, las autoridades volverían a instalar otra costosa muralla provisional.
También se encuentra inconcluso el canal ubicado aguas arriba de esta ciudad, que desviará los escurrimientos provenientes de los ríos de la sierra tabasqueña y que en temporada de lluvias recalan e inundan a la capital.
Originalmente, la Conagua tenía contemplado, incluso con los proyectos listos, construir dos estructuras de control derivadoras de los ríos de La Sierra y Pichucalco, pero fueron canceladas.
El director de la Conagua señaló que eran estructuras muy grandes y la decisión del estudio hidrológico es que no se deben hacer esas estructuras, sino más bien derivaciones más sencillas que permitan el flujo más rápido hacia el sistema lagunario.
Otro proyecto inconcluso son las obras de la estructura de control del Carrizal, conocida como la compuerta de El Macayo, diseñada desde el fracasado Plan Integral Contra Inundaciones (PICI), en las pasadas administraciones federal y estatal.
El objetivo de la obra es enviar la mayor parte de los escurrimientos de las presas hacia el río Samaria y controlar un menor volumen hacia el cauce del Carrizal, el segundo que rodea a Villahermosa.
Asimismo, el río Samaria transportaría mayor volumen al cerrarse la compuerta del Carrizal y de manera deliberada, se inundarían una zona de Cunduacán y Nacajuca, para prevenir inundaciones en Villahermosa.
|
|
|