La extrema sequía que atraviesa el sudoeste de la provincia de Buenos Aires en los últimos años, particularmente el distrito de Patagones, ha acelerado los planes para encontrar una respuesta productiva.
Así entonces, no son pocas las reuniones que se suceden entre los representantes de los gobiernos de las provincias de Buenos Aires y Río Negro, con el aval de la Nación, para crear dos zonas de riego agrícola a partir de aguas provenientes del Negro.
Se trata de dos sitios de extrema sequía, como los que rodean a las localidades de Stroeder y Cardenal Cagliero. En cada uno de ellos, se pretende crear 50.000 hectáreas productivas, las que se sumarán a las 49.000 de Corfo Río Colorado, en la parte norte de Patagones y el sur de Villarino.
"Por año, tenemos un déficit hídrico de 350 milímetros y una evapotranspiración de otros 500. Por eso, es necesario generar mayor cantidad de agua sobre el suelo, a los efectos de producir cultivos como en la zona de Villalonga, desde girasol hasta cebolla. Esto permitiría, además, dar previsibilidad a las explotaciones agrícolas", comentó el arquitecto Alfredo Ruiz, subsecretario de Riego y Proyectos de Desarrollo de la Municipalidad de Patagones.
"No obstante que nuestro territorio posee 49.000 hectáreas productivas en la zona de Pradere/Villalonga, pensamos desarrollar dos áreas en Cagliero y Stroeder, con una eficiencia de utilización de agua de 0,5 litro por hectárea en riego por aspersión", dijo.
"La única forma de producir esto en el partido de Patagones es realizar un convenio con la provincia de Río Negro. En tal sentido, el año pasado presentamos un estudio previo de la posibilidad de llevar el agua por gravedad para alimentar los valles de Negro Muerto, Guardia Mitre y Patagones", contó.
"Tuvo buena recepción en la gobernación rionegrina y se hizo un acuerdo con la firma de los dos gobernadores (Daniel Scioli, por Buenos Aires, y Miguel Saiz, por Río Negro). Esta es la primera vez, en el proceso histórico, que las dos provincias deciden estudiar un proyecto común", relató.
Admitió Ruiz que la única forma para transportar el agua es que haya un acuerdo común con Río Negro, ya que, además, no se puede subir por bombeo.
"Técnicamente se podría, pero los costos implicarían no sólo una inversión inicial importante, sino de funcionamiento a futuro, para que los cultivos que se vayan a sembrar sean lo suficientemente rentables como para contrarrestar los valores de funcionamiento", dijo.
Ruiz integra la comisión técnica que está estudiando el proyecto de riego y que, para antes de que finalice este año, deberá concluir el estudio de prefactibilidad técnica.
"Tenemos reuniones periódicas de evaluación, en las que intervienen, incluso, autoridades nacionales. La idea es que, durante 2010, se desarrolle la etapa ejecutiva de las obras", relató.
Son, al menos, cinco los proyectos en danza.
"Los procesos de desarrollo son, normalmente, de una década hasta que empiezan las obras. De todos modos, hay que admitir que nunca se avanzó tanto como en este momento", admitió.
Ruiz aseguró que lo más interesante es que se va más allá de la actual sequía.
"Introducir en Guardia Mitre y en Patagones una zona productiva de alrededor de 100.000 has., que es la superficie regada en el Alto Valle, es generar un importante polo de desarrollo en esta región del sur de Buenos Aires y el curso inferior del río Negro", indicó.
"Pero no termina ahí, porque tendrá efectos importantes para la Nación y para dos grandes proyectos, como son el Trasandino del Sur, que iría desde Bahía Blanca pasando por Neuquén, y el Norpatagónico de Río Negro, que se contempla desde San Antonio, pasaría por Bariloche y llegaría hasta Puerto Montt", detalló.
"Estamos con un área de desarrollo instalada en el medio de dos ejes productivos continentales y con toda la infraestructura básica de rutas nacionales y de ferrocarriles, con una distancia de 200 kilómetros a dos puertos, como es de Stroeder a Bahía y de Patagones a San Antonio", agregó.
También dijo el funcionario que esta es una de las últimas tierras en el mundo que quedan con agua --en calidad y cantidad disponibles-- en climas templados.
Los trabajos. La topografía será uno de los principales contratiempos del proyecto de riego agrícola.
"Es una complicación, ya que cuanto más largos son los canales, más pérdida existe por infiltraciones y por evaporación. A esto hay que sumar las pérdidas por los manejos de los canales secundarios y terciarios, que hacen que el agua que se extraiga del Negro no sea íntegramente la misma que podamos poner en las áreas a producir", dijo Ruiz.
"Otros inconvenientes los tenemos al irnos cada vez más lejos para tener dominio de las aguas y evitar los bombeos. Precisamente, esto no lo haremos, en la medida de lo posible, porque son sistemas que requieren energía eléctrica en cantidad. Además, las bombas tienden a tener complicaciones y los costos de funcionamiento, al margen de la inversión inicial, son muy importantes", sostuvo.
Según Ruiz, la provincia de Buenos Aires dispondría de un mínimo de 50 metros cúbicos por segundo del módulo del río Negro, que ronda los 870/900 metros cúbicos por segundo.
"Como mínimo, necesitamos ingresar en una cota de 40 metros respecto del nivel del mar. Haciéndolo por arriba, contra el Meridiano, se ganaría el dominio por la pendiente que deben tener los canales para llegar a las zonas aptas para producir cultivos", relató.
"Si ingresáramos por la laguna El Abra, también con una cota de 40 metros, podríamos establecer dos canales: uno, norte, por arriba de las salinas, llegar cerca de la cota 30, frente a Stroeder, que está en 23 y, con pendiente natural, llegar a la zona frente al mar", afirmó Ruiz.
"En el caso de Cagliero, el acceso sería desde Boca La Travesía", agregó.
"En ambos casos, debemos desplazarnos a través del valle de Guardia Mitre hasta la zona de Boca La Travesía, con cota de pelo de agua de 45 metros. Así, con gravedad, se pueden regar Guardia Mitre y las dos áreas de Patagones", amplió.
Costos. Alfredo Ruiz admitió que es muy difícil establecer el valor total de un proyecto de riego de estas características.
"Aún no sabemos, por ejemplo, la cantidad de hectáreas y de canales. Hay que considerar que habrá inversiones del Estado y de los privados, ya que estamos hablando de explotaciones de 30, 50, o 100 has. Esto supondrá un problema de parcelamiento, de división y de cambio de la tierra", advirtió.
"Otro punto es la rentabilidad. De nada vale una obra que nos salga barata, si luego no es rentable. Por eso, hablar hoy de números no tiene sentido", agregó.
Otras fuentes consultadas por "La Nueva Provincia" sostuvieron que un proyecto de estas características puede rondar los 600 millones de dólares, más unos 150 de inversiones intrafincas. Asimismo, algunos más osados llegaron a mencionar una cifra cercana a los U$S 800 millones de inversión total.
Ruiz aclaró que, como todo proceso lineal, no posee sólo una etapa.
"Acá intervienen dos provincias, sistemas de valles y zonas a regar en el partido de Patagones. No todo se realizará en el mismo momento y, por ende, no todos los recursos deben estar en la primera etapa", manifestó.
Una vez concluida la fase de prefactibilidad técnica, vendrán las instancias para acceder a créditos de organismos internacionales, como pueden ser el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) o la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), sólo por citar algunos.
"Entonces, tendremos que demostrar cuál es la variante más rentable y cuál es la que pone en productividad el mayor número de hectáreas y la mayor generación de alimentos posible con el menor consumo de agua", aseguró Ruiz.
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"Es una complicación, ya que cuanto más largos son los canales, más pérdidas existen por infiltraciones y por evaporación. A esto hay que sumar otras por los manejos de los canales secundarios y terciarios".
Alfredo Ruiz
Las razones, más allá de la coyuntura
La elección de Stroeder y Cardenal Cagliero para el riego no es casual: son las zonas que en peor situación se encuentran en el distrito de Patagones.
"En estas dos zonas se da un proceso muy complejo. En primer lugar, la sequía y el aumento de la temperatura, que genera mayores corrientes de vientos; por otro, un desmonte indiscriminado que produce más erosión y que se vuele la poca capa fértil", explicó el arquitecto Ruiz.
Agregó que los procesos de la naturaleza son de 30 a 50 años y que acaso éste sea el inicio de uno sin lluvias.
"Desde el punto de vista legal, pertenecemos a una región del sudoeste de la provincia de Buenos Aires, pero desde el punto de vista geográfico tenemos más relación con esta zona mesopotámica, entre el Negro y el Colorado", sostuvo.
¿Hasta qué profundidad hay agua en el distrito?
Dentro de los planes de la Subsecretaría de Riego y Proyectos de Desarrollo de la comuna de Patagones, también se prevé estudiar la profundidad del suelo del partido patagónico.
"En caso de que haya agua, lo que podemos desarrollar son pequeños sistemas de micro-riego de no más de 12 o 15 hectáreas por explotación. Así, se generará pastura suficiente para que los animales tengan el complemento necesario que no se da por efecto de la falta de lluvias", comentó Ruiz.
"Se trata de atender alrededor de un millón de hectáreas dentro del partido, que son de suelo de menor calidad, pero con explotaciones de tipo ganadero", agregó.
"Los parcelamientos son grandes y ahí no se puede hacer riego agrícola, pero por eso intentaremos darle previsibilidad a través del estudio de las aguas subterráneas", dijo.
Ruiz dijo que, en el distrito, existe nula información por debajo de los 30 metros.
Actualmente, en varios campos existen perforaciones hasta el primer manto de la napa freática, donde se halla el agua por efecto de la lluvia. Con esto --generalmente hasta los 30 metros-- se logra proveer al consumo de la gente que se encuentra en las viviendas rurales y alimentar al ganado.
"Lo que pretendemos es hacer un estudio para precisar la calidad y la cantidad de agua, si es que existiera, por debajo de los 40 metros de profundidad y hasta los 100. Se trata de un acuífero que, en nuestro territorio y hasta hoy, no está estudiado", aseveró.
La barda. Otro segmento a investigar es el ubicado en el límite del río Negro.
"Tenemos una diferencia en la barda de entre 27 y 30 metros y suelos que son relativamente buenos, pero que, por la topografía de que disponen, no van a quedar incluidos dentro del proyecto de riego agrícola para Stroeder y Cardenal Cagliero", comentó Ruiz.
"Aquí se dan explotaciones de alrededor de 400 hectáreas, cada una de ellas con sus procesos de bombeo. Ahí estamos analizando realizar pequeños emprendimientos para abastecer a más de un productor. La idea es un sistema más comunitario, donde más de una boca-toma alimente a más de un productor", aseguró.
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