La obra del dique Caracoles tiene tres objetivos: primero, el de servir como reservorio de agua para la provincia; segundo el de generar energía eléctrica (715 Gigawatts/año); y, el tercer propósito es el turismo", afirmó el presidente de Energía Provincial Sociedad del Estado (EPSE), Francisco Alcoba. Sin embargo, aclaró Alcoba, que los plazos del uso turístico del dique no sólo dependerán de la conclusión de los trabajos en Caracoles (cuya obra gruesa se espera concluir a mediados de año), sino también de la ejecución del proyecto de Punta Negra. Algo que postergará unos 5 años más la explotación turística.
A pesar de ello, según comentó el presidente del EPSE, "la concreción de Punta Negra hará a toda esa zona mucho más atractiva y contará con un extenso camino por el perilago hasta Caracoles". Agregó que, si bien este embalse no tiene las mismas características que las del dique de Ullum (ya que no tiene playas), el hecho de estar rodeado por montañas le proporciona otro tipo de belleza. Y, una vez terminada la obra, tendrá su respectivo embarcadero y se convertirá en un lugar ideal para los amantes de la pesca, la navegación y el deporte aventura. En esto coincidió el empresario turístico, guía de Cuesta del Viento y gran conocedor de los deportes extremos, Nicolás Meglioli.
Mientras tanto, por ahora, y hasta que se concluyan ambas construcciones, no está permitido el libre acceso del público por cuestiones de seguridad. Según informaron desde el Departamento de Hidráulica, el ingreso a Caracoles se encuentra restringido. Los que deseen visitar la presa deben contar con un permiso, ir acompañados por un guía y pagar un seguro de vida, debido a posibles derrumbes y el constante tránsito de maquinaria pesada.
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