La red de canales de 168 millas que enfría los reactores nucleares gemelos de Turkey Point se excavó en la década de 1970 para evitar el bombeo de miles de millones de galones de agua caliente dañina a la Bahía de Biscayne.
Más de 30 años después, la solución a un problema ambiental es el principal sospechoso en otro caso: una infiltración subterránea de agua salada que se ha adentrado varias millas desde la central electronuclear de la Florida Power & Light.
Las autoridades normativas no conocen con exactitud la envergadura de la infiltración pero estudios preliminares sugieren que ha avanzado lo suficiente hacia el este, más allá de la autopista Homestead Speedway, para amenazar los pozos de agua potable de los Cayos y Homestead, así como la restauración de los Everglades, que tiene por fin revivir el flujo de agua dulce hacia la bahía.
"Es un problema significativo y hay una verdadera preocupación sobre la velocidad del movimiento de la filtración de agua salada'', dijo Carlos Espinosa, director del Departamento de Manejo de Recursos Ambientales de Miami-Dade (DERM).
La infiltración de agua salada y la responsabilidad de los canales de enfriamiento en su desarrollo, es un enorme problema para los planes de la FPL tanto de aumentar la potencia de los reactores como construir dos más 25 millas al sur de Miami.
Grupos ambientalistas, respaldados por el Parque Nacional de Biscayne, pedirán este lunes a la Junta de Asesoría y Planificación de Miami-Dade que rechace una solicitud clave del plan de la FPL. El cambio en el uso de terrenos abriría las puertas a FPL para excavar canteras en alrededor de 880 acres de terrenos cercanos como fuente de piedra caliza para las construcciones.
La FPL declinó conceder una entrevista para tratar el tema. El portavoz Tom Veenstra, en una respuesta por correo electrónico a las preguntas, dijo que la compañía no cree que su sistema de enfriamiento haya causado "un impacto ambiental adverso'' de ninguna clase, pero que colaboran con la administración de aguas y las entidades estatales y condales en un plan de supervisión.
"La FPL se toma muy en serio su compromiso con el ambiente y siempre trata de tomar decisiones responsables basadas en hechos científicos'', escribió.
Los críticos se muestran escépticos y acusan a la FPL de tratar de conseguir la aprobación de canteras, que probablemente empeorará la filtración del agua salobre antes de que las entidades oficiales puedan medir el impacto real del enorme sistema de enfriamiento. La red de canales, de nueve millas cuadradas y oculta por manglares, parece un radiador en fotografías de satélite.
Dawn Shirreffs, organizadora de Clean Water Action en el sur de la Florida, dijo que la enmienda de uso de los terrenos de FPL contempla que las canteras son "proyectos de control hidráulico'' que podrían usarse para la restauración de los Everglades, aunque ningún plan exige depósitos tan cercanos a la bahía.
"Hacer excavaciones para restaurar los Everglades es como empezar a fumar para mejorar la salud'', manifestó Shirreffs.
La filtración de agua salada no es un problema nuevo. Durante décadas comunidades de toda la costa se han visto obligadas a abandonar pozos costeros debido al avance del agua salada hacia el interior, a menos que decidieran usar sistemas de filtración muy costosos.
Pero el aumento del cloruro --una medida de la presencia de sal-- en los pozos de medición al oeste de la central de FPL, así como nuevas técnicas de evaluación electromagnética aérea usadas por autoridades federales sugieren que los problemas con la salinidad en el sur de Miami-Dade son los más serios del sur de la Florida. Las filtraciones de agua salada generalmente tienen altibajos, pero la información preliminar sugiere que en algunos lugares se están adentrando hacia el centro de la península.
Los planes de la FPL para aumentar la potencia de sus reactores, un aumento propuesto el año pasado, y de excavar canteras para construir dos reactores más, han provocado nuevos análisis del antiguo sistema de canales de enfriamiento.
Durante un año FPL ha negociado con varias entidades, lideradas por el Distrito Hidráulico del sur de la Florida, el impacto de los canales y el aumento de la potencia de los reactores.
Los archivos del distrito y el condado muestran que la empresa ha presionado para que se limiten los nuevos pozos de medición a lugares tierra adentro, así como limitar las evaluaciones a los cambios en la temperatura y salinidad, que según admite aumentarán ligeramente si se aumenta la potencia de los reactores.
El distrito, en una carta a la FPL con fecha del 20 de marzo, propuso que se extiendan las evaluaciones a las aguas y ciénagas del Parque Nacional de Biscayne, argumentando que la filtración de agua "hipersalina'' (más salada que la de mar) se extiende probablemente más allá de las zonas costeras.
Las entidades desean implementar más pruebas para detectar la presencia de sustancias como, por ejemplo, el tritio, un isótopo radiactivo. Según los archivos del condado, el nivel de tritio detectado por lo menos en un pozo una milla al oeste de Turkey Point es entre 10 y 30 veces mayor de lo esperado.
Lee Hefty, director adjunto de DERM, dijo que a ese nivel el tritio no se considera una amenaza para la salud, pero podría servir de referencia para señalar el movimiento del agua de los canales de enfriamiento.
Espinosa dijo que el problema es complejo y que los canales de la FPL podrían ser un factor, pero también puede ser el aumento del nivel del mar, las precipitaciones y las normas de control de aguas. "Estamos tratando de determinar las causas metódica y científicamente'', dijo.
En cuanto a las canteras, Espinosa afirmó que el condado ha persuadido a la FPL de que abandone los planes iniciales de excavar en las ciénagas cerca de los reactores y que lo haga en terrenos al noroeste de la instalación.
La empresa se comprometió también a proteger las fuentes de agua dulce mediante el aislamiento de las canteras, dijo Espinosa, ya sea forrándolas o limitando su profundidad.
La FPL alegó en el mensaje electrónico que la filtración de agua salada se extendía cuatro millas tierra adentro en la década de 1970 cuando comenzaron a excavar su sistema cerrado' de enfriamiento en 5,900 acres de manglares y ciénagas, plan que un grupo de asesoría de varias entidades apoyó en ese momento.
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