EN NUESTRA edición del último viernes se dio cuenta del malestar vecinal por una situación detectada en la manzana comprendida por las calles Punta Alta, Baigorria, Necochea y Rojas, de Villa Amaducci. Allí existe un surgente acerca de cuyo futuro no hay precisiones, pese a que la Autoridad del Agua ha indicado que se hace una periódica tarea de mantenimiento. Inclusive, desde la entidad vecinal, en más de una oportunidad se elevaron propuestas al municipio, orientadas a aprovechar esos terrenos con fines de parquización y recreación, pero nunca pudieron prosperar.
DE ACUERDO con el testimonio de pobladores de las inmediaciones, el lugar --desprovisto de la adecuada iluminación-- suele convertirse en refugio de malvivientes, lo cual acrecienta el margen de inseguridad. Asimismo, la proliferación de basura domiciliaria y roedores, además de la desmedida acumulación de agua configuran un panorama realmente desagradable cuyas consecuencias son soportadas estoicamente por el vecindario.
EN LA misma edición, se consignó una situación de descontrol en el basural de la calle Belisario Roldán, donde en otros tiempos funcionara el depósito de residuos administrado por el municipio. El problema fue debatido en una de las última reuniones de la comisión asesora de Medio Ambiente del Concejo Deliberante, atento a la magnitud adquirida en los últimos tiempos. Todo indica, conforme los testimonios recogidos, que no existirían los más mínimos controles sobre los elementos que allí se arrojan a diario. Cabe recordar que, en su momento, se dispuso que en esos predios se acumularían desechos inorgánicos, como ramas y escombros, a fin de ir rellenando las tierras involucradas en el antiguo proyecto del frente marítimo.
SIN EMBARGO, las violaciones a tales normas son constantes, favorecidas por la indicada ausencia de contralor. Es así que se arrojan animales muertos, baterías de automotores y hasta computadoras desechadas, entre otros muchísimos elementos. De tal manera, no puede pretenderse que el sector responda a los objetivos establecidos, vale decir su preparación con vistas a un emprendimiento enlazado con el desarrollo de la ciudad hacia el estuario.
UNO DE los aspectos más censurables es que no solamente acuden allí vehículos de firmas propietarias de volquetes, sino también camiones del municipio, conforme lo declarado por el señor Bruno Giambelluca, integrante del grupo Basura Cero Bahía Blanca. Por su parte, vecinos de barrios aledaños acuden a "la quema" para recoger objetos que todavía tendrían alguna utilidad, al menos a través de su comercialización.
COMO RESULTADO de aquel encuentro en el CD, la concejal Aloma Sartor elaboró un pedido de informes dirigido al Departamento Ejecutivo, mediante el cual se pretende aclarar la situación y conocer las acciones desarrolladas para proteger el predio de 33 hectáreas que, por lo descripto, parecería hoy librado a la buena de Dios.
AMBAS situaciones --solamente un par entre las innumerables que pueden encontrarse en diversos barrios-- contribuyen a generar un marco ambiental absolutamente negativo, por lo que se requiere una perentoria intervención de las autoridades, a fin de evitar consecuencias para las personas, sobre todo en momentos en que se demandan extremos cuidados para hacer frente a enfermedades extendidas de modo alarmante.
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