Como hace años la historia se repite una y otra vez en nuestra localidad que nuevamente se encuentra jaqueada por la falta de lluvias que afecta tanto a la población urbana como la zona rural. Si bien recientemente el gobernador Jorge Capitanich anunció la licitación para la construcción del acueducto de El Loro Blanco, aun no se han comenzado las obras y del Canal de Dios ni si quiera vale la pena recordarlo, nunca llegó.
Sólo impera la sequedad de cuarteadas calles y el reniego de los vecinos, por el agua que se acarrea de la municipalidad que la mayoría de las veces es salobre o desabrida o demora días en llegar a destino. Una situación caótica.
El intendente Piccoli consultado por NORTE explicó: “Estamos en una situación de emergencia, no contamos con agua potable ni de red, sólo de perforaciones y las localizadas en Pampa Juanita han colapsado o están en muy bajo nivel”, aclara. “Solicité dinero al gobernador para realizar tres nuevas perforaciones y hemos reparado dos y en la actualidad estamos trabajando sólo con tres perforaciones”.
Subraya luego: “Realmente estoy muy preocupado y es fundamental que se hable con los dueños de los campos y se realice el acueducto del Loro Blanco cuanto antes; además sería lógico que se coloque una planta potabilizadora en la localidad”. Explicó también que técnicos le alertaron que podemos quedarnos sin ninguna perforación en cualquier momento, corremos ese riesgo inminente por lo que es urgente la realización de cualquier obra hídrica de gran magnitud”.
Ante la reiteradas quejas de los vecinos dijo: “las napas han decaído y el caudal no es el mismo pero estamos acarreando agua” dice el intendente aunque reconoció que “están quedando vecinos que no se les lleva agua y admitió que la provista tiene un grado de salinidad elevado”, y realizó un confuso comentario: “No es el agua de canilla espectacular de Resistencia” quizás recordando sus años cuando vivía en la capital.
A su vez NORTE realizo una recorrida por el barrio norte en donde existe una vieja red de grifería y habló con los vecinos. “Hace como dos meses que me anoté y no llevan el agua”, dice uno. “Nunca llevan el agua agrega otro”. “Siempre es salobre y desabrida” aclara otro. “A esta hora es poca la gente; porque tempranito hacen una larga fila”, cuenta una vecina. Los grifos obsoletos derraman agua durante las 24 horas creando focos infecciosos y propiciando criaderos de mosquitos, entre ellos el aedes aegyptis trasmisor del Dengue.
No se anota para agua hasta nuevo aviso
NORTE también llego al sector en donde se distribuye agua en el municipio y habló con el empleado que se encarga de recibir los pedidos de agua para transportarla de manera gratuita y también la que se vende. La negativa es tajante, “no se anota a nadie mas ni se vende agua”, aclara “esta muy mala la situación” - reconoce- no se está anotando a nadie más para llevarle agua, ni tampoco para la venta, y no sabemos cuando se reactivará este servicio”. Explic: “Cuando las napas están bien y se acumula agua en el tanque cisterna del barrio sur se lleva a los que ya están pendientes”. Esto nunca había ocurrido en la historia de la localidad.
Realmente esto constituye una situación alarmante. Todos los pampeños estamos pendientes más que nunca de la lluvia. Las soluciones ni coyunturales ni estructurales llegan a la localidad y el que sufre es el vecino de clase media y baja, porque al de seudo clase alta siempre le abastecen sus reservorios con más de 20.000 a 30.000 litros como ocurría el año pasado con varios vecinos de la zona céntrica, mientras que el que vive en los barrios se le lleva el agua luego de una larga demora de más de un mes.
En tanto, empresarios dedicados al rubro agrario sienten una marcada preocupación ya que la campaña sojera está atravesando un duro trance y se estiman rinde bajos.
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