Los carros en los supermercados no salen cargados con las ofertas del día. Viajan atestados de bidones con agua mineral, una imperiosa necesidad para más de 30.000 familias que, desde anteayer, sufren en sus casas las consecuencias del accidente que paralizó el bombeo de agua desde una estación situada en plaza Mitre, justo en coincidencia con el fin de semana largo.
"Hay que ser precavido, no se sabe cuánto puede durar", dice Manuel, que ayer madrugó y de la sucursal Playa Grande del supermercado Toledo salía con cuatro bidones que le aseguraran disponibilidad de agua para consumo, por lo menos, hasta la madrugada de pasado mañana, fecha estimada para la normalización del servicio.
Otros 15.000 litros acercó la comuna a la propia plaza Mitre para distribuir en forma gratuita a los vecinos de la zona, la mayoría de ellos habitantes de edificios que ayer tenían los tanques casi secos. Como parte de esa reacción rápida ante la emergencia, el comité de crisis convocado por las autoridades municipales logró reducir los efectos con la red domiciliaria cerrada o con restricciones para vecinos que van desde el centro hasta el puerto, y desde la avenida Independencia hasta la costa.
En 17 puntos estratégicos se instalaron camiones cisterna para acercar agua a los vecinos que lo requerían. Funcionó casi a la perfección. En cada una de las esquinas se formaron largas filas de vecinos que llevaron todo lo que pudieron en baldes, fuentones, bidones y hasta algún termo.
Otros tres camiones, llegados desde Buenos Aires y con capacidad para 15.000 litros cada uno, se dedicaron a aprovisionar esas bases barriales y garantizar agua a restaurantes y hoteles, que ayer volvieron a funcionar casi con normalidad.
"En la conserjería, nos pidieron que fuéramos cuidadosos con el agua, pero no nos faltó en ningún momento", relató a LA NACION el platense Orlando Stiguel, que como otros 40.000 turistas de distintos puntos del país vino para pasar el fin de semana largo y se encontró con esta inédita crisis en la ciudad.
Turistas cuidadosos
Pero la gente igual disfrutó de una jornada casi de verano, con más de 28 grados y mucho sol. Caminaron por la costa, pasearon por la playa y les pusieron buen ritmo a los locales de gastronomía.
Desde el Ente Municipal de Turismo aseguraron que no hubo necesidad de trasladar turistas a otros establecimientos por falta de agua. En la hotelería, se cumplió con el compromiso de mantener los lavaderos cerrados y un acatamiento similar se logró en lavaderos de autos e industriales de casi toda la ciudad. Es que cuatro de ellos sufrieron infracciones porque no cumplieron con el cese de funcionamiento dispuesto para este fin de semana.
"La solución está más cerca y se va cumpliendo el plan previsto", explicó el intendente municipal, Gustavo Pulti. Los motores y los tableros eléctricos de la estación de bombeo plaza Mitre, que habían quedado inundados bajo siete metros de agua luego de que se rompiera una válvula de esa cisterna céntrica, están en proceso de secado, y mañana serán instalados y probados. "No están dañados", dijo el titular de Obras Sanitarias (OSSE), Mario Dell´Ollio. Mientras tanto, se realizan peritajes para determinar el origen de la falla.
Hoy, con un panorama más claro que le aportarán los técnicos de OSSE que están a cargo de la reparación de los equipos, se definirá si resulta necesario que mañana se suspendan las clases en escuelas y universidades y la actividad en las oficinas públicas que están dentro del área afectada. Hasta tanto se normalice el servicio, en cada casa habrá que cuidar el agua gota por gota. |
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