Otro mes con déficit de lluvias ha generado más complicaciones a la producción agropecuaria de Uruguay, justo cuando la Asociación Rural (ARU) de este país acaba de divulgar un reporte especial que cuantifica el impacto de la sequía que se dio entre fines de 2008 y las primeras semanas de este año.
Una consultora privada analizó el efecto negativo de la sequía que se dio entre octubre y el 28 de febrero, y estimó la pérdida para el agro en unos US$ 868,7 millones, lo que equivale a 2,7% del producto bruto interno (PBI). Además, los técnicos calcularon que la desaparición de puestos de trabajo afecta a unas 12.800 personas.
Esto afecta al agro, que venía con una tendencia de crecimiento que ya se había desacelerado en el último trimestre del año pasado, cuando comenzó a impactar la sequía.
El estudio fue realizado por los ingenieros agrónomos Julio Preve y Juan Peyrou, que en gobiernos anteriores estuvieron al frente de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria, que es el área técnica del Ministerio de Ganadería.
El presidente de ARU, Manuel Lussich, dijo que en el informe se tomó en cuenta para la ganadería la pérdida de peso de los animales, pero no se consideró la mortandad.
En la agricultura, los técnicos evaluaron las áreas no sembradas y la baja en el rendimiento de cultivos. Lussich dijo que "estas cifras son conservadoras", por lo que se considera que las pérdidas pueden ser mayores.
"Con este trabajo, la ARU quiere hacer un aporte para poder discutir medidas a tomar, pero no piensa pedir nada a cambio por ello", dijo el presidente de la gremial ruralista. El trabajo indica que la pérdida por la sequía en la agricultura fue de US$ 95,5 millones.
El golpe negativo más fuerte estuvo en la producción de soja, con una pérdida de US$ 71,2 millones (casi 67 millones por menores rendimientos y 4,3 millones por "menor área").
En la producción de maíz, las pérdidas se estimaron en US$ 19,1 millones (18,3 millones por los rendimientos menores y 0,8 millones por la reducción de área).
En el sector arrocero se dio una pérdida de superficie sembrada de 20.000 hectáreas, según los registros obtenidos en la Asociación de Cultivadores de Arroz. Con el mismo criterio que en los otros productos, se estimó para esa área una pérdida derivada del ingreso neto esperado, según el rendimiento medio de los últimos cinco años, para un costo de 1500 dólares la hectárea.
A diferencia de los otros rubros, se estima un rendimiento medio de ocho toneladas por hectárea, lo que supera la productividad de los últimos cinco años. "Se atribuye que el mayor volumen de cosecha por hectárea se debió en su totalidad a las especiales condiciones de insolación atribuibles a las mismas determinantes climáticas que generaron la sequía", se indicó en el informe.
En citricultura toda la pérdida fue por menor rendimiento y totalizó US$ 30 millones.
Y en la ganadería el impacto de la sequía fue muy duro. En carne, se consideró la pérdida de peso del stock, la reducción del procreo y la diferencia de precio en la faena por una mayor presión en la oferta para el período considerado.
Las pérdidas en el sector de la carne fueron estimadas en US$ 557,6 millones, lo que se debe a 448,9 millones por "pérdida de peso del stock", 97,3 millones por pérdida de terneros y 11,4 millones por caída del precio de faena
En la lechería se consideró la reducción de la producción, sobre la base de la remisión a planta, y se estimó una pérdida de US$ 25,1 millones.
Además, se estimó un costo general para el sector agropecuario de US$ 96,1 millones por "pérdida de capital".
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