Los grandes campos y fundos agrícolas, que incluyen las casi 15 mil hectáreas de cultivos de exportación, se riegan durante gran parte del año con agua que se extrae del subsuelo, pero esta ha comenzado a escasear por el uso y la falta de un plan de manejo responsable y de recuperación de la napa freática.
Según el presidente de la Junta de Usuarios de Agua del Subsuelo de Ica, Guillermo Payet Devoto, esta disminución del nivel del agua subterránea, que se aceleró en los tres últimos años, podría terminar por secar los pozos y dejar los cultivos sin este vital recurso.
Se estima, afirma Payet, que el nivel del acuífero desciende unos 63 centímetros por año en las dos terceras partes de las zonas comprendidas al sur de Ica (9.000 de las 15.000 hectáreas existentes). Hay incluso sectores donde el descenso bordea los 2,2 metros al año.
“Evaluaciones preliminares realizadas por la nueva Administradora Local del Agua (ALA) muestran un preocupante incremento en la extracción del agua, que asciende a un nivel muy superior a lo que se repone. Vale decir, el volumen que se está extrayendo supera largamente el nivel de reposición del agua del subsuelo, lo que está originando precisamente este preocupante descenso del acuífero”, alerta Payet, quien ha planteado la realización de un estudio hidrogeológico que permita un diagnóstico real del problema.
Recordó que hace 39 años, y con el propósito de iniciar un control del acuífero, se prohibió (mediante la Resolución Suprema 468-70-AG) la perforación de nuevos pozos en Ica; sin embargo, nunca se acató la norma.
“Han pasado cerca de 40 años desde que se trató de regular el uso del agua del subsuelo sin resultados. Al contrario, en estas cuatro décadas se han abierto 857 pozos en el valle de Ica y 851 en el valle de Villacurí. Además, habría unos 200 pozos clandestinos e ilegales, según la última evaluación e inventario realizado el 2007 por la ALA”, denunció.
La misma situación afrontan también los productores de Villacurí y Santa Cruz de Lanchas, advierte el presidente de la Junta de Usuarios de Río Seco, Federico Vaccari Cussianovich.
Esta junta de usuarios, que agrupa a unos 150 productores con unas 22 mil hectáreas de hasta 36 cultivos de exportación, señala que este crecimiento agrícola se ha logrado única y exclusivamente mediante el uso de estas aguas subterráneas, las que han comenzado a descender de manera preocupante a lo largo de este valle.
LA PROPUESTA
Frente al descenso del nivel freático, los propietarios han tenido que hacer nuevas perforaciones para alcanzar el acuífero.
Payet plantea infiltrar agua en el subsuelo para permitir su recarga. “El Estado debe autorizar la inundación de campos que no se cultivan, a manera de lagunas y pozas, que permitan infiltrar importantes cantidades de agua al subsuelo”, propuso.
Payet estimó que esta propuesta solo demandaría una mediana inversión.
De acuerdo con una evaluación que se realizó entre el 15 de enero y el 15 de abril — en que pasó el mayor caudal por el cauce del río Ica y de La Achirana— se desperdiciaron en el mar aproximadamente cien millones de metros cúbicos de agua. De ellos, unos 60 millones se habrían podido emplear para inundar campos no cultivados.
Sin embargo, las juntas de regantes de La Achirana y del río Ica no permitieron que se concretase esta propuesta, pues consideraron que si vendían menos del 80% del agua de su cauce, percibirían menos fondos del Estado para sus proyectos.
Plantean medidas urgentes
Las juntas de usuarios de agua de Ica y Río Seco han propuesto a la Administradora Local del Agua realizar un inventario de pozos, restringir la extracción de agua del subsuelo, así como poner un tope en la ampliación de la frontera agrícola en toda la región. Además, piden ayuda para reconvertir cultivos temporales en permanentes hasta superar la emergencia.
Los agricultores también piden al Estado que culmine proyectos importantes de irrigación para el valle de Ica, como el Tambo Ccaracocha y el canal colector de Ingahuasi, que captarán aguas de lluvia de las zonas altas de Huancavelica. Este plan debe ir de la mano con la solución armónica de algunas diferencias surgidas entre Ica y esa región andina.
|
|
|