El lago formado por el dique El Carrizal registró en estos días su cota mínima, únicamente comparable a la registrada en 1997. El nivel está 14 metros por debajo del máximo y desde Irrigación se informó que si bien esta bajante responde a lo programado el embalse ha perdido un tercio de su capacidad debido a la cantidad de sedimentos acumulados y su recuperación es casi imposible por los altos costos que implica.
Además de su nivel, también impacta la superficie que hoy cubre el lago. Por estos días El Carrizal se asemeja más a una laguna que a un lago. Setenta y cinco kilómetros cuadrados ocupaba el lago; hoy no tiene más de 30.
El paisaje impacta. Parece un escenario ideal para filmar una película de ciencia ficción en donde se imagine el Apocalipsis de la humanidad: médanos, pequeños montes de ripio y piedras, y enormes superficies áridas y muertas, erosionadas alguna vez por el agua. Entre esa sequedad se ven balsas y botes varados, abandonados por el agua que ahora se encuentra muy lejos de ellos.
Hoy el lago está a 771 metros sobre el nivel del mar, cuando su cota máxima es de 785,5 metros. “El nivel mínimo normal es de 775 aproximadamente, es decir que actualmente está cuatro metros abajo de este mínimo”, dijo ayer Fernando Escobar, subdelegado de Aguas del río Tunuyán Inferior.
Según Escobar, esta notoria baja del nivel del Carrizal se debe a que se ha tenido que aumentar el caudal y la frecuencia para los regantes de las zonas en donde se comenzaron a impermeabilizar los canales Constitución-Medrano e Independencia-Cobos. “Teníamos que aumentar el riego en esa zona antes de suspenderlo para realizar las obras, debido a que es imposible realizar by pass. A partir de hoy (por ayer) ya se normalizará todo, el nivel del Carrizal permanecerá estable y comenzará a aumentar en julio, como es habitual”, dijo el responsable del Tunuyán Inferior.
Pero hay otro elemento que marca la diferencia sobre el nivel actual del lago. Originariamente, cuando en 1971 se inauguró oficialmente el embalse, allí se acumulaban un máximo de 327 millones de metros cúbicos.
Hoy, debido a la cantidad de material que ha arrastrado el agua y se ha sedimentado en el fondo, está capacidad se ha reducido en aproximadamente un tercio. “Ya no hay tanta cantidad de agua y cuando se requiere mayor caudal esto se nota mucho más en el nivel”, dijo Escobar, quien además reconoció que “recuperar la capacidad máxima del embalse es prácticamente imposible por el alto costo. Lo que se está estudiando es la posibilidad de derivar el agua que arrastra más sedimentos para que no ingresen al embalse y así prolongar la vida útil del dique”.
“Nuca lo vi así, y llevo en El Carrizal más de diez años”, dijo ayer Lucy, una vecina de la zona que trabaja y vive en el Club de Pesca y Caza Junín. “La semana pasada nos quedamos sin agua porque los caños de la bomba quedaron al aire, ya que el nivel bajó tanto que dejó al descubierto la toma. Ahora hemos tenido que empalmar varios metros para poder proveernos de agua y poder regar todo el lugar”, señaló la mujer.

El dato
En estos días se estudia la posibilidad de derivar el agua que arrastra sedimentos para que no ingrese al dique, de modo de estirar la vida útil del dique.