Las inundaciones y deslizamientos de lodo que han ocasionado las lluvias torrenciales en el norte de Brasil han dejado 14 muertos y más de 186.000 desplazados de sus hogares, informaron el martes las autoridades.
Siete estados han sido afectados por las lluvias que se han abatido sobre la región durante los últimos meses, informaron los departamentos regionales de protección civil.
Las imágenes de la TV mostraron los tejados de las casas apenas saliendo del agua, y a numerosas personas que se desplazaban por las ciudades en lanchas. Varias casas fueron destruidas por las avalanchas de lodo, y los albergues estaban repletos de residentes sin hogar.
Abner Ferreira, funcionario de protección civil en el estado de Maranhao, dijo que seis autopistas importantes fueron cerradas en el estado, dejando a miles de personas aisladas.
El presidente Luiz Inacio Lula da Silva sobrevoló los estados más afectados, donde distribuyó canastas con comida a los albergues.
"Necesitamos analizar más seriamente la situación del clima en estos días", dijo Lula, quien recorrió los estados de Maranhao y Piaui. "Algo está cambiando y todavía tenemos tiempo para arreglarlo".
"Si no nos hacemos cargo de la situación, vamos a pagar el precio de nuestra irresponsabilidad", advirtió.
El mandatario brasileño está también preocupado por la sequía en el sur del país, donde las lluvias han sido escasas durante los últimos cuatro meses.
El estado meridional de Santa Catarina, donde las lluvias intensas mataron a 130 personas en diciembre, está ahora en situación de emergencia por la sequía, cerca de la frontera con Argentina y Paraguay
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