Apenas sale un hilo de agua y a veces nada, que no alcanza para llenar los tanques de reserva de agua. El problema es de largo arrastre, más teniendo en cuenta que la localidad nació al amparo del ferrocarril que traía el agua para consumo humano. También existen los pozos de balde, sea de aguas subterráneas o de acumulación de agua de lluvia, pero nunca fueron suficientes.
Una vez que el tren dejó de circular, la provisión se hizo a través de un acueducto, el más importante el que proviene del dique de Anzulón. Hace pocos meses se tuvo que hacer una conexión especial para evitar que el suministro disminuya ya que también se usa para riego.
Tal como se informara desde la Corresponsalía de Ortiz de Ocampo, ahora se reiteran las dificultades para la provisión de agua a los habitantes de la cabecera departamental.
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