Lugo reunió ayer a su consejo de ministros y secretarios, en una rutina de evaluación temática y coordinación de tareas, con una nota resaltante: la presencia del vicepresidente de la República, Federico Franco. Se lo vio muy relajado, participativo en la agenda e incluso propuso temas, nos comentó el secretario de Comunicación, Augusto Dos Santos.
Pero el vocero elegido fue el ministro de Interior, Rafael Filizzola, en un encuentro informativo por estos, y por varios días, por los episodios últimos que tienen por objeto “infundir miedo” a la población, a decir de Filizzola. Lugo, a su gabinete, les volvió a reiterar que pusieran el esfuerzo necesario en la lucha contra la corrupción en los organismos estatales y les refirió la posición que mantendrá en su reunión con el presidente de Brasil, Inacio Lula da Silva. Dijo que, como es prioridad “absoluta para el Gobierno y para el país”, él defenderá con firmeza el reclamo paraguayo de manejo libre del 50% del recurso energético producido por la entidad binacional Itaipú. En la reunión de hoy la expectativa de la delegación paraguaya es muy moderada. La mesa de negociación quedó trabada porque hasta ahora el Gobierno, sobre todo Itamaraty, Cancillería, se ha cerrado a la posibilidad de renegociar el tratado sobre la base de la libre disponibilidad de la energía para Paraguay. Paraguay usa apenas el 5% de lo que Itaipú produce y el resto se “vende” al mercado brasileño a un precio que los entendidos como Ricardo Canese es un regalo, dentro de una política entreguista a la República de Brasil.
Si se vendiera a precios de mercado, se calcula que Paraguay al año debiera estar recibiendo más de 1.000 millones de dólares por esa energía cedida a Brasil a precios subsidiados. El otro gran tema es la deuda considerada espuria.
REUNIÓN CON SEGURIDAD
Al cierre de su reunión con los ministros, en Mburuvicha Róga, Lugo convocó al ministro de Interior, Rafael Filizzola; al comandante de la Policía, el comisario Viviano Machado; y al viceministro de Seguridad, Carmelo Caballero. Según Filizzola, no hay todavía hipótesis sólida sobre quiénes son los responsables de esta seguidilla de amenazas de bomba.
Se le toma, dijo, al Ejército del Pueblo Paraguayo porque ellos mismos “se adjudicaron”, pero también podrían ser gente ligada a esquemas de seguridad que conocen de explosivos, agregó, al ser consultado por las dos vías.
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