Las inundaciones que azotan la Amazonía y la empobrecida región noreste de Brasil en las últimas semanas han dejado ya un balance de 29 muertos, medio millón de evacuados y ciudades sumidas a más de diez metros bajo el agua, según los últimos balances oficiales divulgados.
Los estados más afectados son los de Bahía, Ceará, Maranhão, Piauí, Pará y Amazonas, en los que numerosos ríos se han desbordado por las persistentes lluvias, inundando centenares de localidades ribereñas y obligando a evacuar a poblaciones enteras.
En Maranhão, estado en la frontera este de la selva amazónica, la Defensa Civil ha contabilizado diez muertos por las lluvias y y 154.343 personas que han tenido que ser evacuadas de forma temporal o permanente. Cuarenta y tres municipios declararon el estado de emergencia
Tan solo en São Luis, capital regional, cuyo centro está protegido como de la humanidad por la Unesco, la lluvia ha obligado a que 53.000 personas abandonen sus hogares.
En Ceará, región turística por sus playas tropicales, el número de víctimas asciende a siete y el de evacuados a 28.000, mientras que en Salvador, capital del estado de Bahía, ya se han registrado cinco fallecidos.
En el estado de Piauí, uno de los más pobres de Brasil, 25 municipios han decretado el estado de emergencia, entre ellos, la capital, Teresina, que es la localidad que vive una situación más calamitosa, puesto que al menos 10.000 familias quedaron sin hogar; y las que no, para poder trasladarse por la ciudad, deben "navegar" a bordo de embarcaciones por las calles que parecen más ríos que calles.
Muchas localidades en estas regiones se encuentran anegadas por la subida histórica del nivel de los ríos y toda la región continúa en alerta, puesto que las previsiones meteorológicas indican que las lluvias podrían continuar hasta dentro de dos semanas más, algo que constituye el peor temporal de los últimos 20 años.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó la región el pasado martes, cuando sobrevoló municipios de Piauí y de Maranhão totalmente inundados. Lula garantizó que no faltará atención, ni cestas básicas de alimentos, ni médicos para asistir a las personas que se han visto obligadas a dejar sus hogares por las inundaciones.
La Defensa Civil informó que, desde el comienzo de las lluvias, ya ha repartido 50.150 cestas básicas, equivalentes a 1.153 toneladas de alimentos, aunque su tarea se está viendo dificultada porque numerosas carreteras están cortadas por los ríos.
Lula pidió que este desastre "sea aprovechado" para planificar una nueva distribución de la población, para mudar a las personas que viven en zonas de riesgo y construir casas en áreas más seguras.
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