Los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil y Fernando Lugo de Paraguay admitieron ayer que no lograron llegar a un acuerdo que supere las diferencias relativas a la administración de la energía generada por la usina hidroeléctrica binacional de Itaipú.
“No hemos firmado ningún compromiso, pero sí hemos definido que en una fecha próxima, en Paraguay, el presidente Lula y yo nos reuniremos para ir mejorando la cooperación. Paraguay no ha renunciado a ninguna de sus reivindicaciones”, dijo el presidente paraguayo en una conferencia de prensa en Brasilia.
Paraguay reclama una revisión de los mecanismos que pautan el funcionamiento de la usina de Itaipú. La energía es dividida en partes iguales pero por fuerza del contrato Brasil tiene prioridad para comprar la energía que Paraguay no utiliza, y de esa forma el gigante se queda con el 95% de la energía producida.
Brasil se muestra inflexible a cualquier posibilidad de rediscutir el tratado constitutivo que permitió la construcción de la usina y considera que paga un “precio justo” por la energía que compra de Paraguay.
Los brasileños pagan a Paraguay 45 dólares por megawatt, aunque como Brasil asumió las deudas para la construcción de la usina, amortiza esos pagos y de esa forma Asunción recibe aproximadamente 2,70 dólares por megawatt.
Lula reveló ayer que Brasil “presentó algunas propuestas, pero el equipo del presidente Lugo entendió que sería interesante incluir algunas otras cosas, y por ello los dos gobiernos seguirán conversando”.
En principio, equipos de los ministerios de Hacienda y de la cancillería de los dos gobiernos analizarán nuevas propuestas durante 45 días, y Lugo y Lula se reunirían en Asunción en la víspera de la próxima Cumbre del Mercosur para tratar de sellar un acuerdo.
Lugo expresó su esperanza de que “después de las conversaciones que seguiremos entablando, por lo menos la cogestión plena de la hidroeléctrica se logre en los próximos meses, así como también las obras faltantes que estaban en el programa inicial de la hidroeléctrica”.
Lugo afirmó sentirse satisfecho por el nivel de diálogo alcanzado. “Me voy muy contento, porque hablamos de todos los temas, abiertamente. Es un proceso que ayuda en la recuperación de la dignidad de los paraguayos”, apuntó.
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