El número de damnificados por las inundaciones que azotaron el norte de Brasil subió ayer a más de 300.000, mientras que en algunas de las áreas afectadas las aguas comenzaron a bajar gracias a una mejora en el clima, informaron las autoridades en un comunicado.
El número de muertos se mantuvo en 40, igual que la víspera, aunque en la localidad de Pedreiras, en el estado nororiental de Maranhao, dos personas se reportaron desaparecidas luego de que una pequeña canoa sobrecargada de pasajeros se volcó en la madrugada en el desbordado Río Mearim.
Las más devastadoras lluvias que azotaron el norte de Brasil en al menos las últimas dos décadas inundaron 10 de los 26 estados brasileños, en una área que se extiende desde el bosque húmedo de la Amazonia hasta estados costeros acostumbrados a las sequías. La víspera, autoridades de defensa civil en los estados habían reportado 294.313 damnificados, pero el domingo se informó de más de 6.000 nuevos casos.
Pese al aumento, grupos de socorro y autoridades han señalado que las condiciones mejoraron y se han podido abrir algunas carreteras que dificultaban el envío de ayuda y el rescate de comunidades aisladas.
"Ahora esperamos que la situación mejore porque las lluvias no han sido tan intensas'', comentó Maria Dorothea de Araujo, gerente operacional para la Amazonia de la organización de asistencia World Vision. En el mismo sentido, Ivar Araujo, portavoz de la defensa civil del estado de Maranhao, declaró que "está lloviendo menos y pudimos despejar algunas de las carreteras que estaban bloqueadas, de manera que será más fácil llevar ayuda a las víctimas, pero la situación sigue un poco complicada''.
En el área más devastada del estado de Maranhao, en el río que separa a las ciudades de Pedreiras y Trizidela do Vale, una pequeña canoa se volcó con siete personas a bordo y dos personas estaban desaparecidas. Las autoridades mostraron poca esperanza de encontrar a las víctimas, un hombre de 54 años y una joven de 22.
La joven desaparecida fue identificada como Cleidemar Aguiar y el hombre como Macedo Santos. "Ella sabía nadar bien, pero la corriente parece que estaba demasiado fuerte'', comentó Francisco Aguiar, tío de la joven.
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