Como si se tratara de un diamante en bruto esperando a ser pulido para convertirse en joya, La Ciénaga, en Jáchal, está a la espera de ser convertida en uno de los lugares turísticos más atractivos del departamento. Son muchas las voluntades que pretenden trabajar para que así sea. En este sentido, municipio y provincia coordinan esfuerzos para concretar el gran sueño de muchos.
Conscientes del cambio radical que significaría para sus vidas, los habitantes de este lugar sanjuanino se centran mucho más en el fruto que esto le puede dar a sus sentimientos, ya que de concretar el gran cambio, además de darles una mejor calidad de vida, les daría la posibilidad de romper con tantos años de emigración de jóvenes que, por no tener posibilidades de crecimiento, buscan nuevos horizontes en otros lugares.
La Ciénaga es una zona que fue declarada área protegida en 2006 por su belleza, por ser un santuario de aves y por su valor geológico. Este nombramiento legislativo fue el puntapié inicial para que los diversos sueños que convergen en uno solo, el desarrollo turístico del lugar, comenzaran a materializarse de a poco. Fue así que los sucesivos pasos fueron llevando a que las intenciones fueran cada vez más marcadas para lograr el objetivo. Los aportes son diversos y comenzaron desde la Subsecretaría de Medio Ambiente, repartición provincial que instaló una jaula voladora para llevar a los pájaros que incautan en los operativos y que estos, paulatinamente, vuelvan a la vida silvestre, teniendo en cuenta que en la zona hay más de cincuenta especies que conviven permanentemente. Además, se instaló señaléctica y una oficina de Guarda Parques, los que también ofician de orientadores turísticos en el lugar.
Este avance y con la coordinación de la Secretaría de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, derivó en las ganas de los pobladores para hacer crecer a La Ciénaga.
“Pretendemos trabajar en un proyecto, para explotar todas las potencialidades que tiene La Ciénaga. Pensamos en jineteadas, actividades de marca y todo lo que se hace con animales. También la elaboración de quesillos, amasado y otros menesteres autóctonos que son ideales para el turismo. Queremos trabajar con el turismo que, generalmente, son gente del extranjero que están relacionadas con las empresas mineras que proliferan en el departamento, para ellos, todo esto es una novedad”, comentó Violeta Reinoso desde la Unión Vecinal.
Estas ganas, más la decisión política del municipio y del gobierno provincial, generaron el avance del proyecto macro para convertir el diamante en bruto en una joya.
“Entendiendo el potencial turístico de La Ciénaga, el gobierno pavimentó las rutas. Cuando esté el camino de Ischigualasto - Huaco, ruta 150, esa zona adquirirá una importancia turística más importante de la que hoy tiene. Por otro lado en septiembre u octubre, se viene la Fiesta de las Aves en La Ciénaga. Éste sería el primer paso de la potenciación que le daremos a la zona”, dijo el secretario de Turismo Dante Elizondo.
De esta manera, se empieza a tejer el tramado necesario para el despegue del lugar y con ello el ingreso de los pobladores de generar un cambio definitivo y concreto para sus vidas.
El sueño no estaría completo sin el elemento vital y necesario para hacer de base del cambio perseguido, el agua potable. Este anhelo también está a punto de concretarse dijeron desde OSSE, ya que en 30 días se larga la licitación para que el lugar tenga el imprescindible servicio.
En otras palabras, pareciera que los planetas se alinearan para que La Ciénaga y su gente, puedan soñar nuevamente con la posibilidad de vivir de una mejor manera. Con los afectos cerca y con el gran lujo de vivir el desarrollo económico, social y, fundamentalmente, personal. Un pulido que el diamante ya comenzó a sentir y que asegura transparencia y brillo en la mirada de su gente.
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