Algo más de 300 escuelas rurales de todo el país tienen agua contaminada. Ante ello, OSE viene desarrollando un programa que apunta a garantizar la potabilidad del agua.
"El Uruguay tiene más de 300 escuelas rurales cuya agua es de potabilidad no garantizada. Eso no quiere decir que no sea potable; son escuelas que tienen un pozo y de ahí sacan agua y a veces esa agua está muy bien o muy mal", explicó a El País el presidente de OSE, Martín Ponce De León.
El planteo sobre esta situación ya había sido formulado este martes en el Parlamento por el senador nacionalista Sergio Abreu, quien visitara recientemente la escuela 90 "Sierra de Mahoma" (San José), uno de los institutos afectados.
El pozo con que cuenta el local tiene 34 metros de profundidad "pero el agua que se extrae no está en condiciones de ser tomada", dijo el legislador.
Abreu cuestionó que los seis niños que asisten a esa escuela tengan su computadora gracias al Plan Ceibal pero carezcan de un servicio esencial como el agua potable. "Que el Uruguay esté repartiendo computadoras para el Plan Ceibal y todavía mantenga cerca de más de 300 escuelas rurales con agua contaminada para los niños que tienen que acarrear el agua de otros lados y tomar agua envasada, eso es realmente un atraso no sólo desde el punto de vista social sino desde el punto de vista de la imagen del país", dijo Abreu.
Ante el planteo del senador blanco, Ponce de León dijo que estos casos representan menos del 2% de la cobertura de OSE en todo el país, y que se dan en "pequeñas localidades en el interior del interior", constituidas por unas pocas decenas de viviendas.
El jerarca informó que el "programa de las pequeñas localidades" ya dio solución a diez escuelas el año pasado y se prevé que en 2009 se sumen otras 50. La prioridad la tienen aquellas zonas con escuelas rurales, agregó Ponce De León.
Dadas las particularidades de estos parajes (de pequeñas dimensiones, sin personal de OSE permanente) se trabaja junto a los ministerios de Salud Pública y Educación así como también las intendencias para proveer soluciones. Muchas de ellas suponen un esfuerzo técnico como la instalación de paneles solares y bombas de pequeño caudal para "poner el equipamiento de agua de manera que se pueda abrir la canilla y tener agua y potabilidad garantizada".
Según el presidente de OSE llevar el "agua OSE" a todos estos pueblos implicaría un costo de unos US$ 12,5 millones. Al menos la mitad del presupuesto estará financiado con los fondos obtenidos por la vía de un concurso ante el BID y que se obtendrían recién el próximo año. Mientras, OSE utilizará sus propios recursos para cumplir con este proyecto.
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