César Torres no separa su mirada del monitor. A la par, sus dedos oprimen las teclas del control remoto y dirige con acierto el minitractor-robot, que se desplaza por un colector de aguas servidas. Eso ocurre en la calle La Ocarina, en el norte de la capital azuaya.
Torres, quien es empleado de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Cuenca (Etapa), maneja un novedoso sistema tecnológico que detecta las fallas (colapso, fisuras, destrucción, escombros...). Lo hace en el interior de los colectores de aguas servidas y lluvias de la ciudad.
Etapa compró el equipo hace dos años y lo usa desde fines de 2008. Su costo fue de USD 130 000. En ese valor se incluye el minirrobot, un generador de energía, una computadora y una buseta, dentro de la cual fue instalado el circuito cerrado.
Desde allí, el técnico Torres monitorea y almacena la información registrada en las inspecciones. Según Gerardo Cordero, director técnico (e) de Agua Potable y Alcantarillado de Etapa, la idea nació de un estudio sobre el alcantarillado de Cuenca. Lo hizo el pasante Juan Burbano.
Él sugirió que se compre el robot para que se mejore y optimice la revisión del sistema. “Burbano conocía del uso de esta máquina en Alemania”, señaló Nancy Abril, de Operaciones y Mantenimiento de la empresa Etapa.
La funcionaria recordó que antes era difícil inspeccionar el sistema de alcantarillado en los colectores de diámetros pequeños, por la inaccesibilidad.
Según Cordero, en esos casos la revisión consistía en una simple observación visual, por parte del obrero y por tramos cortos. Otra técnica para detectar las fallas era mediante excavaciones. Para ello, se destruía la calzada y hasta se rompía la tubería.
A las 08:20 de ayer, Torres, Medardo Méndez (operador-chofer) y el obrero Wilson Mocha realizaron nuevas inspecciones en la ciudad. La primera parada fue en la calle La Ocarina, sector de Miraflores. Mocha levantó la tapa de la alcantarilla, mientras Méndez bajó el robot al piso.
Juntos y con ayuda de sogas, lo introdujeron con cuidado en el desagüe. Torres fue el encargado del desplazamiento del minirrobot. Pese a que puede avanzar hasta 150 metros de distancia, ayer en este sitio apenas rodó 20 metros por los escombros.
En su informe, Torres pidió que intervenga un tanquero de hidroclinex (limpieza con agua y espuma), para que se desalojen los escombros. El fin es permitir el trabajo del robot. La siguiente parada fue en la av. España, junto al aeropuerto. Allí se detectó y reportó fisuras en la tubería principal.
Con ese diagnóstico, intervino la cuadrilla de mantenimiento para realizar los trabajos requeridos. Este equipo es importante cuando se planifica repavimentar una calle o avenida y determinar si es necesaria la reposición del sistema de alcantarillado.
Según Abril, de esta forma quedó atrás el trabajo destructivo y se abarató costos (uso de materiales y mano de obra). Cordero, incluso, recomendó la compra de otro minirrobot para cubrir las inspecciones en todo el cantón.
En la actualidad, este equipo se utiliza para monitorear los 430 km de la red urbana de alcantarillado y 70 km del sistema combinado de interceptores. Aunque también se lo usó para detectar fisuras en el sistema de alcantarillado de la Panamericana Norte, hacia Déleg (Cañar).
Menos personal
La empresa Etapa dispone de un cronograma para las inspecciones. Estas se cumplen según los posibles problemas o antes de la recepción de obras viales.
Antes se requerían cinco obreros para una inspección. Ahora solo laboran tres y emplean 20 minutos en esta labor.
Cuando la cámara de circuito cerrado detecta el problema, la cuadrilla de mantenimiento hace el arreglo parcial o total. También identifica los pozos tapados en las vías mejoradas.
El equipo de inspección óptica funciona a través de un circuito cerrado de televisión. Dispone de una cámara montada al tractor, que rota a 360 grados. |
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