La nueva e histórica bajante del río Paraná ya provoca grandes problemas a las actividades comerciales portuarias y amenaza incluso la obtención del recurso ictícola y la provisión de agua a diferentes ciudades.
En Reconquista, 300 km al norte de esta capital, fueron suspendidos los dos servicios -una barcaza y una lancha de pasajeros- que unen la ciudad con Goya, Corrientes, y aguas abajo comienzan a complicarse las operaciones de carga y descarga de granos y contenedores en los puertos de Santa Fe y el Gran Rosario.
En el Norte se asegura, además, que el pronóstico del Instituto Nacional del Agua es desalentador: prevé 1,66 m en Puerto Reconquista para el 22 de este mes, cuando los registros históricos marcan que el promedio de altura para mayo, entre 1984 y 2008, fue de 4,02 metros. En una época del año en que suelen ocurrir las crecientes e inundaciones, el río en Puerto Reconquista está por debajo de los dos metros.
No obstante, autoridades y expertos consultados coincidieron en indicar que en una semana se cerrarán todas las actividades náuticas a lo largo de los 600 km de costa santafecina sobre el río.
"Se opera de acuerdo con las disponibilidades que nos permite la altura del río [1,75 m]. Hasta hoy [por ayer], los cuatro cisternas de la petrolera Shell ingresaron y egresaron sin problemas. Además, en esta época es cuando se realizan trabajos de dragado en el canal de acceso al puerto, por lo que, por ahora, las operaciones son más o menos normales. ¿Qué sucederá en las próximas semanas? Si no llueve en el sur de Brasil y en el nordeste de la Argentina tendremos dificultades", explicó a LA NACION una calificada fuente de la Prefectura.
En Rosario, el hidrómetro del puerto marcó 1,50 metros, dos metros menos que el nivel medio para esta época del año, aunque las condiciones de navegabilidad aún son relativamente aptas. La misma fuente consultada admitió una "abrupta bajante" en los últimos días, si bien el descenso fue evidente a partir de diciembre y nunca recuperó los registros tradicionales. En febrero el nivel más bajo fue de 1,68 m; en marzo, de 1,93 m, y en abril, de 1,61 metros.
Complicaciones
De mantenerse esta situación, en el curso de las próximas semanas comenzarán las complicaciones para las operaciones granarias en los puertos que componen el principal polo oleaginoso del país, que operan desde Timbúes hasta Villa Constitución, en el Gran Rosario.Por ahora, la emergencia no obligó a clausurar los accesos a los puertos y a suspender, por peligrosa, la navegación de embarcaciones por todos los cursos de agua.
En esta capital, el río bajó ayer su nivel hasta los 1,75 metros, más de dos metros menos que su marca promedio normal y con un pronóstico de igual tendencia para los próximos cinco días. Según comentó Juan Carlos Mottier, especialista en temas hídricos y de pesca, el pico de bajante en esta zona se produjo el 4 de noviembre de 1944, cuando el río registró 1,04 metros por debajo del cero establecido en puerto. Por entonces, los santafecinos pudieron cruzar a pie la tradicional laguna Setúbal, por debajo del Puente Colgante.
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