El estado de emergencia que vive el centro del país en materia de agua, no es más que el resultado directo de décadas completas de intensa deforestación, provocada o natural, pues cada año México pierde 545 mil hectáreas de bosques y selvas al año, la tasa más alta en América Latina.
Martín Nájera Rodríguez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, aseguró que en medio siglo México perdió 30% de sus bosques y selvas, lo que está poniendo en grave peligro de subsistencia las concentraciones humanas al perderse los servicios hidrológicos y ambientales que proporcionaba esa superficie.
Detalló que entre 1976 y 2000, la deforestación en México alcanzó una de las tasas más altas en el continente con un promedio de 545 mil hectáreas por año, lo que ha ocasionado que en los últimos 50 años se presente una disminución en la cobertura boscosa de 29%.
El especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana explicó que la deforestación, sumada a la erosión de suelos, que alcanza 76% del territorio nacional, ha traído consigo una reducción de los servicios hidrológicos proporcionados por los bosques y selvas, agravando el problema de la regulación de los patrones hídricos en el país.
Refirió que los problemas de disponibilidad de agua en nuestro país se acentúan por un fuerte sesgo en la distribución de este importante recurso natural.
Lo anterior, advirtió el académico, debido a que la mayor parte de la población y las actividades de riego agrícolas e industriales tienen la menor captación de agua, lo que dificulta enormemente y pone en riesgo la capacidad económica regional, haciéndola vulnerable a la dinámica hídrica nacional.
Al dictar una conferencia sobre “Servicios ambientales hidrológicos” en la Facultad de Planeación de la UAEM, expuso que debido a la diferencia, tanto en el régimen pluvial como en la concentración poblacional, la disponibilidad es notablemente contrastante a lo largo del país, ya que en el sureste es 7.3 veces mayor a la de la zona centro, norte y noroeste.
Destacó que el problema de distribución de agua en México es claro, debido a que 77% se destina al uso agrícola, principalmente en el norte de la República, donde se acentúa la escasez del líquido.
En tanto, la disponibilidad de agua se concentra en el sur del país, el agua para uso urbano es escasa en la mayor parte de las grandes ciudades donde la mayoría la recibe por tandeos.
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