La crisis en la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario (Semapa), continúa a consecuencia de la falta de recursos económicos, injerencia política y la corrupción.
Para las ex autoridades municipales, esta crisis demuestra una vez más que hasta el momento la empresa administradora de los servicios de agua potable no ha podido consolidarse, como una empresa pública social, transparente, eficiente y sustentable.
A los problemas existentes, este mes se sumaron nuevos problemas emergentes, como el proceso de reestructuración con la intervención del Ministerio de Medio ambiente y Aguas, el despido de 152 trabajadores, la falta de recursos para el pago de beneficios sociales, la pérdida del laudo arbitral con la Empresa Bartos, que ejecutaba los trabajos del proyecto de ampliación de agua potable en la zona Sur y por ultimo está la demanda de varias organizaciones sociales, como los denominados “Guerreros del Agua” que piden una Semapa más popular.
Pese las vicisitudes por los que atraviesa Semapa, el secretario General del Municipio, Rolando Morales, la calificó como una empresa estable y con capacidad para desarrollar los proyectos pendientes para la ciudad de Cochabamba.
La autoridad municipal, dijo, que no se puede decir que la empresa no está en quiebra económica, debido a que su patrimonio pasa de 1.200 millones de bolivianos y la deuda de la institución del agua llega a 230 millones de bolivianos.
“Es cierto que debemos hacer algunas reflexiones y correcciones en la administración para solucionar y ajustar procedimientos, aprovechando el plan de salvataje, que fue propuesto por el mismo Ministerio del ramo”, señaló Morales.
“Sabemos, -sostuvo-, que existen denuncias sobre manejos irregulares, sobreprecios en procesos de contratación, sin embargo, todo debe ser investigado por las autoridades pertinentes”.
Ante esta posición de la Comuna, el ex director Ciudadano, Franz Taquichiri, señaló que “hasta el momento ni siquiera le paso por la mente al alcalde Gonzalo Terceros, iniciar algún proceso a quienes participaron en la administración de Semapa en los últimos años”.
“A estas alturas podemos afirmar que la empresa de agua potable cochabambina está pasando por la crisis más severa después de la Guerra del Agua, en 2000, que hasta hace poco se le atribuía a una serie de factores externos, como causas para el deficiente servicio, entre las que se encontraba la estrategia del Gobierno para estrangular a la empresa financieramente y los obstáculos de la cooperación internacional (particularmente el BID) para acceder a créditos”.
“Ahora aunque estos fantasmas se disiparon, debido a que la Prefectura se convirtió en el ente canalizador de crédito, el problema pasa por una reestructuración profunda de la institución”, dijo Taquichiri.
Sin embargo, para Morales no se puede atribuir responsabilidad a funcionarios sin un proceso que pueda demostrar de manera fehaciente la culpabilidad en todas las denuncias.
“Nosotros pedimos que el Gobierno condone la deuda de más de 30 millones de bolivianos, que tuvo Semapa después de la denominada Guerra del Agua”, dijo el funcionario municipal al señalar que con las últimas disposiciones, la nueva administración quiere la aplicación de principios de transparencia.
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