El legislador justicialista norteño advierte que el norte sufre un fenómeno que “dejó de ser extraordinario” porque “vino para quedarse”. Subraya que sin agua la producción no sobrevive.
-Periodista: Se ha desatado una polémica entre productores agropecuarios y autoridades del gobierno sobre la sequía y las obras de canalización.
Senador Hugo Terré: — No es nueva la polémica. En realidad viene de años, y siempre yo he estado definido por un criterio de manejo de aguas dentro de los Bajos que no es el que se ha implementado hasta ahora. Siempre dije: “los canales no, nos vamos a quedar sin agua”, y lamentablemente tuve razón.
De todas formas, también hay que analizar otras cuestiones: la primera que al gobierno anterior le tocó lidiar con una inundación y a este con una sequía.
— Y las obras van contra cada ciclo climático...
— Y es evidente que en medio de esta sequía los canales no nos favorecieron. Pero ahora debemos implementar algunas obras básicas, que partan de entender que ésta no es una sequía extraordinaria. Esta situación de vino para quedarse: así lo marcan los ciclos y los pronósticos, entonces no podemos sostener mucho tiempo algunas acciones como llevar agua en camiones a la población. Eso se puede hacer un tiempo y si la sequía fuera extraordinaria.
En situaciones como esta debemos pensar en obras de solución definitiva. Nosotros hemos planteado unas cuantas y ninguna está plasmada... por eso la población del norte y en especial del departamento 9 de Julio estamos muy preocupados. Les pedimos a los ministros que vayan a analizar la situación y a ver si podemos concretar alguno de los proyectos que hemos presentado.
— ¿Cuál es su posición ante el gobierno?
—Le decimos esto: necesitamos agua. Y si nuestros proyectos no sirven, no importa. Que aparezcan otros, pero que en definitiva tengamos agua.
Vengo proponiendo desde que estaba el gobierno anterior y está esto registrado en todos los ministerios, que se cree un equipo técnico interdisciplinario para que pueda definir cuál la situación de los Bajos Submeridionales y que hagamos obras para poder solucionarla. No lo he logrado.
Ahora estoy elaborando una ley, la estoy consensuando para sacar esta comisión por ley.
— ¿Qué es lo más urgente ante esta realidad tan dura?
—Requerimos de algunos criterios básicos de manejo del agua, primer punto, pero también debemos partir de la base de que no nos podemos dar el lujo en esta situación de esperar demasiado tiempo.
Necesitamos algunas soluciones que son ya, o eran ayer... como no las tuvimos ayer a ver si las tenemos mañana. Proponemos hacer canales a cielo abierto desde Santiago del Estero, tomando agua del Salado que nos llene las represas de los pueblos y si sobra, que hoy ocurre con ese río que también lo haga con las de los productores agropecuarios, para que las vacas tomen agua, así de simple es la cosa. Otra: el pozo profundo de Villa Minettti, a 650 metros donde hay un estudio previo que dice que hay una posibilidad de que haya una fuente de agua buena. Tiene que quedar claro, es un estudio hecho con un método indirecto. No hay otra forma. Es una posibilidad, como con el petróleo, hasta que no saquemos la primera muestra no sabremos si el agua es mala, regular o buena. Hoy, en realidad, para nosotros cualquier agua es buena.
También proponemos un azud nivelador sobre el Salado, a la altura de Tostado para retener agua y tener una reserva para cubrir unos 210 días (eso dice el proyecto) y de ahí hacer una toma con un acueducto que vaya a todos los pueblos de 9 de Julio y por supuesto de otros departamentos. Creo que el nuestro y Vera viven las peores situaciones.
— El Ejecutivo tiene el proyecto de traer agua del Dulce de Santiago del Estero. —Sí. Y está todo bien, como queremos agua ya, al gobierno le decimos, sí, está todo bien. Ya no es problema de dónde la quieren traer, pero nos urge. Pero lo que proponemos sería mucho más rápido y si después llega el acueducto del Río Dulce, bien, porque entonces sólo habría que conectarlo con los otros.
Nuestro deseo es que el agua en lugar del Dulce viniera del Paraná, para tener una solución definitiva. Pero bueno estas son nuestras propuestas.
— Cómo funciona el esquema de distribución de agua potable del gobierno provincial.
— Eso funciona bien. Es lo prioritario y tiene el sentido de responder a una situación excepcional, extraordinaria. Pero lo que nos toca aceptar ahora es que esta no es una situación pasajera, vino a quedarse. Y es por lo tanto un esquema que no es sostenible.
— Tiene un costo de transporte muy alto, el gobierno dispuso para este año $ 3 millones...
— Es alto, pero sobre todo es un esquema de acarreo que también nos complica en otros aspectos, con el tema del dengue. Porque hay muchos depósitos que teníamos listos para esperar al camión que ahora no podemos usarlos. Pero hay algo aún más duro que debe entenderse: las poblaciones no podemos sostenernos sólo con que nos lleven el agua para tomar. Si no producimos algo no tenemos qué hacer en el departamento. Está muy bien resolver el problema del agua potable, nadie duda de su prioridad, pero también debemos resolver el problema para la producción. Allá tenemos una economía basada exclusivamente en las actividades primarias.
Una decisión de 2001
Suele decirse que nadie resiste un archivo. Quien ponga a prueba a Hugo Terré verá que fue el presidente comunal de Villa Minetti, en el departamento 9 de Julio, al que ahora representa como senador. Y también, que mucho antes de llegar a la función pública ocupó un lugar importante entre las voces públicas del norte santafesino.
El experto en agronomía fue un activo polemista cuando el plan de canalizaciones sobre los Bajos Submeridionales tomaba cuerpo. Y sus advertencias, hechas a tiempo, que ahora lamentablemente se cumplen, están prontas a sumar una década.
De entre las cuantiosas publicaciones de la sección Regionales de El Litoral sobre el tema, pueden tomarse algunas expresiones del senador justicialista, que hoy son igualmente valiosas: “En nuestra zona hace ya más de 18 años que se viene concientizando a la población de que la única forma de manejar el agua es por medio de canales -criterio hidráulico- y aún nos seguimos inundando igual o más que antes. Creemos que ha llegado la hora de la reflexión y es lo que proponemos a través de este proyecto”, eso decía Terré a este diario el 31 de enero de 2001. Casi en soledad, defendía el “criterio agronómico para el manejo del agua”, que fue incluso probado mediante un módulo experimental ubicado en Villa Minetti, El Nochero y Pozo Borrado, que demostró ser capaz de soportar precipitaciones de 300 mm y permitir cultivos.
Terré partía de un criterio diferente: “La Naturaleza debe modificarse lo menos posible”, definía. Hablaba de la necesaria sustentabilidad de los procesos productivos y de evitar desmontes y canalizaciones
Tanta atención produjeron sus posiciones que el entonces director provincial de Obras Hidráulicas, Ricardo Fratti, se vio obligado a contestarle. El funcionario afirmó que valoraba los criterios “conservacionistas del suelo y el bosque” pero que “la propuesta respecto del manejo de agua resulta de alcance individual y consistió, hasta el momento, en la construcción de un bordo perimetral y otros auxiliares. En un planteo generalizado, se considera que no trae beneficios, siendo además inconveniente para la región que sufre inundaciones periódicas, opinión compartida tanto por los actores de la región como por las instituciones especializadas en la materia”.
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