Hace poco más de una década, el 15 de enero de 1999, un buque de la compañía Shell -el Estrella Pampeana- chocaba contra otro de bandera alemana -el Sea Paraná- y una oscura macha de petróleo se esparcía sobre las aguas del Río de la Plata, para llegar sin escalas a las playas de Magdalena.
Fue un desastre ambiental que tuvo su correlato no sólo en la pérdida de atractivo turístico -con su consecuente impacto sobre la economía del lugar- sino también en una causa judicial que todavía sigue en curso. Consecuencia de ello, la intendencia arribó a un preacuerdo extrajudicial que hoy pondrá a consideración de los vecinos, que fueron llamados a las urnas.
Sí, efectivamente, en una jornada a la que no es fácil encontrarle precedentes, unos 12 mil vecinos -habilitados por el padrón electoral de 2007- votarán en un plebiscito no vinculante para decir si aceptan o no el pago de los 9,5 millones de dólares que ofreció la empresa petrolera.
“Se votará de 8 a 18 y será como una elección común, sólo que habrá dos opciones”, dijeron en el municipio ante una consulta de Hoy. El intendente Fernando Carballo (PJ) ya había explicado que “si la mitad más uno de los votantes dice que sí, el preacuerdo quedará convalidado”.
“Cuando uno tiene temas pendientes que resolver y tiene incertidumbre, lo más democrático es exponerse a los ciudadanos, por eso este plebiscito es uno de los actos más democráticos que tuve que llevar adelante en mi gestión”, precisó.
En diálogo con una emisora radial, el intendente también explicó lo siguiente: “Busqué alternativas a la Justicia porque la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió que el expediente debe resolverse en Capital Federal, en el juzgado del juez Roberto Torti, y un nuevo juez implica que pedirá nuevamente pericias y argumentación y eso nos perjudica varios años más”.
“El monto ofrecido por Shell es similar al monto estimado por un perito, que determinó que reparar el medio ambiente costaba cerca de 35 millones de pesos”, agregó.
En ese sentido, cabe consignar que en un artículo que hicieron llegar a nuestra redacción, el profesor emérito de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) Isidoro Schalamuk alertó que “sin duda el pacto que se quiere acordar (...) es un anzuelo muy bien pensado por los directivos de la empresa responsable del mayor deterioro ambiental producido en Argentina”. En el acuerdo, la compañía dice que no tuvo responsabilidades en el accidente.
No obstante, Carballo aclaró que la aceptación de este acuerdo no implica que no sigan adelante las presentaciones judiciales individuales de los 500 vecinos que iniciaron causas judiciales por temas de salud.
Además del monto en dólares, el convenio que hoy será puesto a consideración de los vecinos incluye la “colaboración desinteresada y no vinculante” de Shell en el diseño y planificación de un plan de desarrollo turístico en el corredor ribereño entre los balnearios de Magdalena y Atalaya, la instalación de un parque industrial y una planta de tratamiento de residuos sólidos.
La decisión está en manos de los vecinos, cuya voluntad se conocerá esta noche. Como pocas veces, las miradas apuntan a esta tranquila localidad ubicada a muy pocos kilómetros de La Plata.
El largo proceso judicial
Dos meses después del choque entre los buques, la municipalidad de Magdalena demandó a Shell en la Justicia Federal platense para que repare el medio ambiente y realice un manejo adecuado de los residuos peligrosos.
En noviembre de 2002, la Justicia condenó a la compañía a ejecutar tareas de recomposición del medio ambiente. Pero tras varias apelaciones de la empresa petrolera, en diciembre de 2007, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó que el caso pase a un juzgado federal de Capital Federal.
Poco después, intervino en la causa el juzgado nacional en lo Civil y Comercial 3, a cargo de Roberto Torti. Después, Shell impulsó el acuerdo extrajudicial
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