El proyecto de construir un túnel de 150 kilómetros para dar a Bolivia una salida al mar pone a prueba la voluntad política de ese país, Chile y Perú, afirmó ayer el arquitecto Humberto Eliash, uno de los autores del proyecto.
En diálogo con Notimex, el profesional dijo que el túnel de 150 kilómetros, que uniría la localidad boliviana de Charaña con una isla artificial frente a la fronteriza Línea de la Concordia, es “técnica y financieramente factible”.
“Sólo se requiere de una voluntad política de los tres países implicados”, aseguró Eliash al defender la iniciativa para dar a Bolivia una salida al Océano Pacífico, que perdió en una guerra frente a Chile en el Siglo XIX.
Indicó además que el proyecto, que establecería una zona marítima con “soberanía trinacional”, responde también al actual litigio planteado por Perú ante la Corte Internacional de La Haya sobre la delimitación marítima con Chile.
El plazo fatal para resolver sobre el proyecto sería el año 2014, fecha en la que el tribunal de La Haya debe responder a la demanda hecha por Perú sobre una revisión de la delimitación marítima con Chile, explicó el arquitecto.
“Si el tribunal define que ese mar es de uno u otro país, se cierra la posibilidad de que sea trinacional, porque el país que gane no lo querrá compartir con nadie. Es el tope como fecha”, enfatizó Aliash.
Las autoridades de Bolivia, sin embargo, ironizaron con la propuesta del equipo de arquitectos chilenos e incluso el canciller boliviano David Choquehuanca aseguró la semana pasada que ‘me he reído un rato’ con la singular iniciativa.
“El otro día me han llamado preguntando qué me parecía esta idea de los chilenos. Yo ‘me he reído un rato’ y he dicho no faltan imaginativos”, dijo Choquehuanca, aunque destacó que “lo importante es que hasta estos imaginativos hablan del mar para Bolivia”.
El senador Tito Hoz de Vila, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta de Bolivia, calificó por su parte la idea como una “burla y un insulto a la inteligencia de los bolivianos”.
“No se puede considerar que al pueblo se le va a contentar con un túnel de 150 kilómetros para llegar a una islita hecha”, afirmó Hoz de Vila.
Pese al rechazo inicial de las autoridades bolivianas, Eliash insistió que “el proyecto es factible técnica y económicamente. Estamos trabajando ahora en la parte económica y financiera y también es viable”.
“Nosotros podemos expresar nuestro optimismo, nuestra confianza, de que habrá la madurez política suficiente para hacerlo. Nosotros somos arquitectos, somos técnicos y queremos ofrecerlo como una alternativa”, enfatizó.
La idea ofrecida por los arquitectos, acotó Eliash, “tiene un sentido, un contenido político inevitable, resuelve un problema que se arrastra desde hace 130 años y al mismo tiempo es creativo desde el punto de vista de la solución”.
“Hay varios lugares del mundo donde se están proyectando túneles del mismo tipo, entre China y Taiwán, entre Túnez y Sicilia, entre Marruecos y España”, aseveró el arquitecto.
El tema del financiamiento es también algo que puede resolverse, mediante licitaciones en que participen empresas internacionales especialistas en trabajos de esta magnitud, abundó.
Eliash detalló que el proyecto contempla una vía para automóviles, vía férrea y un gasoducto, que abre la posibilidad para Bolivia de sacar su gas de manera soberana y a Chile la posibilidad de comprar energía para el norte minero del país.
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