La bajante del río Paraná frente a la costa de Rosario, donde ayer el nivel era de apenas un metro, comenzó a afectar la provisión de agua en algunos sectores de esta ciudad, mientras informes hidrológicos indicaron que no se esperan nueva lluvias sobre la cuenca para los próximos días.
El descenso del nivel del río, generado por la falta de lluvias en el norte de la cuenca argentina, provocó en los últimos días inconvenientes en el tránsito fluvial del Litoral, al punto que el lunes dos buques paraguayos quedaron varados en la zona de Empedrado, Corrientes.
La disminución pronunciada del caudal del Paraná generaba dificultades en la bomba principal de la empresa Aguas Santafesinas, dijeron fuentes oficiales.
Ante ello, el gerente de Relaciones Institucionales de la empresa, Guillermo Lanfranco, admitió que hubo "una carencia en las zonas más alejadas de las plantas de bombeo de la empresa y ha provocado una merma de entre un 10 por ciento y un 15 por ciento en la provisión del servicio".
El directivo sostuvo que "se trabaja con 15 bombas, de las cuales 8 son las históricas y otras 7 suplementarias, instaladas en el río".
"Actualmente se están tomando 23 mil metros cúbicos por hora cuando tendrían que registrarse unos 27 mil", lamentó.
Lanfranco destacó que "la situación se atenúa bastante porque estamos en otoño", ya que si las temperaturas fueran más elevadas también se consumiría más agua.
Un grupo de vecinos de la zona sur de Rosario realizó ayer una protesta por la presión escasa de agua y retuvo algunos minutos a un móvil de ASSA y a un operario que había asistido para buscar una solución al problema.
|
|
|