La altura del río Paraná suele ser de casi cuatro metros en mayo. Pero debido a la sequía que está sufriendo la región, en sólo cuatro días perdió 50 centímetros, llegando al metro de altura. La marca quedó así casi tres metros por debajo de la medida histórica. La parte más afectada es la costa que está frente a la ciudad de Rosario. Este inconveniente afecta levemente a la ciudad, la más poblada de Santa Fe.
Pero sobre todo a los barrios más alejados a la planta de bombeo. Para la empresa Aguas Santafesinas (ASSA), que provee el servicio del suministro de agua potable, por la bajante del río, el panorama “es complicado”.
“El río se mantiene estable en un metro de altura. Según el Instituto Nacional del Agua (INA) en los próximos cinco días el caudal podría bajar aún más. El fenómeno se debe a las sequías de las cuencas altas del Paraná. La empresa ASSA puso bombas auxiliares para garantizar el servicio. Esta merma de agua afecta de manera considerable la navegación de río”, expresó el jefe del Departamento de Defensa Civil, Raul Rainone, y agregó: “Por el momento está garantizado el suministro en los hogares aunque las dificultades existen”.
“La provisión de agua no afecta a los barrios periféricos, sin embargo ha provocado una merma de entre un 10 por ciento y un 15 por ciento en la provisión del servicio”, explicó el gerente de relaciones institucionales de ASSA, Guillermo Lanfranco.
La bajante también causa preocupación en las 22 terminales portuarias ubicadas a la vera del Paraná. Aunque el río aún estaba apto para la navegación, numerosos buques cerealeros de gran tamaño no habían podido completar la carga por temor a una varadura.
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