La bajante del río Paraná en todo su curso impacta en la provisión de agua potable en el Gran Rosario.
El gerente de Relaciones Institucionales de Aguas Santafesinas (ASSA), Guillermo Lanfranco, admitió ayer que, como la empresa no tiene posibilidades de realizar reservas, el uso racional será fundamental para paliar la escasez de agua.
"Hasta que no se produzcan precipitaciones en la alta cuenca del río, la situación no va a mejorar", destacó.
El hecho de poder captar menos agua del río que lo habitual hace que la producción se resienta porque la empresa no tiene posibilidades de hacer reservas de agua y todo lo que se produce se vuelca a la red.
Servicio resentido
"Hoy por hoy, ese 20 por ciento menos de lo habitual que estamos produciendo hace que se resienta el servicio en los puntos más alejados de la red, particularmente en el sector noroeste, más fuerte en zona oeste y en algunos puntos del sudoeste de la ciudad, precisamente a unos 10 kilómetros del centro de producción y distribución de agua", añadió.
Lanfranco indicó que el nivel mínimo para realizar un servicio adecuado es de 1,50 metros del río Paraná, por lo que con esta bajante se resiente notablemente la distribución de agua y todo será mucho más complicado.
"Estamos acostumbrados a trabajar con crecidas de hasta cuatro metros para esta época", cuando actualmente el río -si bien creció dos centímetros- registraba ayer 1,03 metros."
Las autoridades municipales ya están pidiendo a la población que realice un uso racional del agua, que evite el lavado de veredas, el lavado con la canilla abierta en el aseo doméstico y toda actividad que implique dejar correr el agua inútilmente, si no se utiliza.
Por su parte, Alfredo Sesé, de la Comisión de Transporte de la Bolsa de Comercio de Rosario, admitió que, si bien no hay una situación de alarma, sí se están sufriendo determinadas complicaciones que hacen a la logística de las terminales portuarias de toda la zona.
"Ayer, el canal de navegación presentaba una profundidad de 30 pies y tres pulgadas, con una altura del río de 1,01 metro, cuando lo normal pasa por una altura mínima de 2,47 metros, que permite navegar a 34 pies", explicó el funcionario.
El fenómeno no impidió que ayer numerosas personas aprovecharan la inusual jornada de calor para tomar sol en la costa reseca.
En otros puertos
Sesé reconoció que esta situación hace que algunos buques (en especial, los de mayor porte) no puedan cargar la totalidad de sus bodegas, y muchas veces completan la carga en la ciudad de Bahía Blanca o en puertos de Brasil.
Entretanto, en la capital provincial, si bien el río ascendió (la marca de ayer fue de 1,68 metros), debieron suspenderse los trabajos de dragado en el canal de acceso (desde la vía central del río hasta el puerto) y la petrolera Shell frenó los envíos de combustibles por vía fluvial hacia el Norte (por la hidrovía), por lo que concentra la distribución en el puerto local.
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