La intensa sequía que viene azotando la agobiada zona agudiza la crisis del sector agropecuario, convirtiéndose ya en una situación desesperante para los productores. Los campos desolados, la tierra seca donde no se puede plantar un reja de arado y mucho menos plantar una semilla afecta enormemente a la agricultura pero no menos grave es para el sector ganadero donde la mortandad de animales, los traslados y las ventas forzadas van dejando sin capital al productor y la pregunta es cómo se sigue.
Realmente preocupante la situación del campo y como consecuencia de esto también de los pueblos ya que la producción primaria es la que mueve la economía regional. Según el comentario de los productores de la zona, la magnitud de esta crisis que se vive es histórica, si bien hubo algunos años que el campo se vio resentido por la falta de lluvias, los periodos de sequía no fueron tan largos como para afectar de la manera en que está afectando en este momento.
En la agricultura, el girasol no dio sus frutos ya que se sembró como se pudo y ante la falta de lluvias fue escasa la cosecha; tampoco en el algodón los rindes fueron suficientes para cubrir los gastos que demanda este cultivo porque pese a que se sembraron en distintas épocas todos los lotes sufrieron la consecuencia de la sequía; mientras que tampoco se puede hablar de otras alternativas como soja, trigo, maíz, sorgo y otros, ya que nada sobrevive a la falta de agua.
La ganadería poco a poco va perdiendo su stock, pozos de agua que prácticamente nunca se secaban hoy ya no tienen una vertiente que alimente del líquido elemento para poder mantener la hacienda en pie. La falta de pastura es otro de los temas preocupantes para la gente de campo ya que la falta de lluvias y los intensos calores no dejaron que aparezca el verdeo para los pocos animales que quedan, teniendo en cuenta de que las pérdidas registradas durante el año pasado, que fueron un tanto por mortandad y otro tanto por ventas forzadas, realmente han sido importantes y muy difícil de recuperar. Mientras se espera un invierno muy duro ante las condiciones que se presentan.
En síntesis, la crisis que vive el productor agropecuario es muy grave, ya que no cuenta con los recursos necesarios para continuar trabajando en el campo, la desesperación tanto de los agricultores como de los ganaderos es palpable a simple vista entre los chacareros que se encuentran acorralados en este momento ante la crisis generada fundamentalmente por el factor climático. Muchos productores coinciden en que “todo el tiempo nos pasamos mirando hacia arriba, pero el agua no aparece”. Este es el lamento de día tras día y nada se puede hacer para solucionar esta situación que compromete el futuro no sólo del campo sino también de los pueblos que evolucionan en base al movimiento del sector agropecuario.
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