Autoridades de la Cooperativa Limitada de Electrificación Rural y Servicios Anexos (Clerysa), prestadora del servicio de agua potable en esta ciudad, reconocieron públicamente que desde marzo los niveles de flúor y arsénico en el líquido son superiores a los permitidos, aunque también anunciaron que la semana próxima llegarán técnicos a la ciudad para intentar resolver el problema, que se atribuye a un mal funcionamiento de la planta potabilizadora.
Desde hace algunos días corrían en Carhué versiones que indicaban que el agua de red no era apta para el consumo humano debido a los altos niveles de minerales que contenía, y que el problema venía desde hace varios meses.
Sin embargo, miembros de la cooperativa aseguraron que los problemas comenzaron a mediados del mes de marzo pasado. También informaron que, según el ultimo análisis de laboratorio sobre una extracción realizada por personal de la cooperativa (emitido el 14 de este mes), el agua fue considerada bacteriológicamente potable.
"El problema surgió en el análisis fisicoquímico, ya que las muestran superaron los límites máximos permitidos por el artículo Nº 982 del Código Alimentario Argentino (CAA) en cuanto a flúor y arsénico", indicó Roberto Pacho, presidente del consejo de administración de Clerysa.
Según precisó, los estudios muestran que el agua de red contiene 2,1 miligramos de flúor por litro, cuando el límite permitido por el CAA es de 1,7 mg/l.
En cuanto al arsénico, se detectaron 0,06 miligramos por litro, cuando no debería haber más de 0,05 mg/l (en 2012, en tanto, esa cifra deberá ser reducida a 0,01 mg/l, tal como se decidió a través de la ley 18.284).
"Desde la puesta en marcha de la planta potabilizadora hasta marzo pasado, los resultados de los análisis fisicoquímicos estaban al límite de lo permitido, pero siempre dentro de los parámetros", aseguró Pacho.
"En ese momento, por un problema que aún desconocemos, los valores superaron el límite", reconoció el directivo.
Para el director de Salud del distrito de Adolfo Alsina, doctor Eduardo Fino, el problema detectado no implica que el agua que está consumiendo la población sea tóxica o que vaya a generar problemas como el hidroarsenicismo.
"De hecho, en mis 30 años de trabajo como médico, en Carhué, nunca encontró signos de hidroarsenicismo o de fluorosis en algún miembro de la población", enfatizó.
El funcionario también dejó en claro que los parámetros fijados por ley, en cuanto a los niveles de minerales en el agua potable, muchas veces pueden ser difíciles de cumplir, sin que ello represente un peligro real para la salud de la población.
En idéntico sentido se expresó el ingeniero Luis Ojer, quien fue enviado por la Federación de Cooperativas de Buenos Aires (Fedecoba) para evaluar la situación.
El profesional dijo que, a priori, no observó problemas de mantenimiento y operación en la planta potabilizadora, por lo que evaluó que el problema podría deberse a que el sistema no está funcionando correctamente y que debería ser sometido a una puesta a punto integral. El ingeniero recorrió las instalaciones y recogió informes sobre el agua que se bombea a la red, a fin de efectuar un diagnóstico del problema a la brevedad.
También advirtió que, a su juicio, los niveles de arsénico y flúor detectados no constituyen un problema grave.
"Los valores del CAA son de referencia. Es decir, brindan seguridad absoluta por debajo de lo establecido. Sin embargo, si se hallan niveles apenas superiores a los indicados, eso no implica necesariamente un peligro para la población. Por supuesto que hay que tratar de ajustarse, pero no hay que alarmarse", enfatizó.
Al igual que Ojer, miembros del concejo directivo de Clerysa creen que el problema se debe a un funcionamiento deficiente de la planta de agua. Por ello, solicitaron el apoyo del Servicio Provincial de Agua Potable y Saneamiento Rural (SPAR), y establecieron contactos con diversos especialistas, algunos de los cuales llegarían a Carhué la semana próxima.
"Entendemos que el problema se debe a que la planta de tratamiento no está funcionando adecuadamente por problemas técnicos. Consecuentemente, creemos que vamos a hallar una solución en no más de 30 días", subrayó Ernesto Martínez, primer vocal de la cooperativa.
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