Dos organismos del Estado provincial que confluyeron en el barrio Santa Marta para realizar un trabajo conjunto con la población del sector sur de la ciudad, recabaron datos verdaderamente preocupantes de la realidad de la gente que desde hace más de una década que vive en el asentamiento.
Se detectaron familias que casi en su totalidad estaban indocumentadas; niños con bajo peso; pequeños de muy corta edad que eran abandonados durante casi todo el día por sus padres porque tienen que trabajar; y una sensación generalizada de inseguridad que no dejó de sorprender a los trabajadores.
El relevamiento fue realizado por trabajadores de la Dirección de Seguridad Ciudadana y por empleados del Programa de Mejoramiento de Barrios (PROMEBA). Los primeros desplegaron una tarea de recolección de datos durante tres semanas, mientras que los responsables del PROMEBA llevan trabajando en la zona más tiempo.
En diálogo con este diario, los empleados de Seguridad Ciudadana (un área que está a cargo de Marcelo Vitelli) confiaron que en las entrevistas a los vecinos llamó la atención "el miedo" y la sensación de "inseguridad de la gente". Los principales temores se refieren a los constantes arrebatos que padecen los vecinos, y los continuos robos domiciliarios.
Sin embargo, en el diálogo aparecieron otros problemas: drogas, prostitución, niños en situación de abandono, personas indocumentadas, reiterados hechos de violencia. E incluso, planteos acerca de Necesidades Básicas Insatisfechas o problemas estructurales en la misma vivienda. Surgió entonces la posibilidad de derivar a cada vecino con el área correspondiente: Desarrollo Social, la comisaría de la jurisdicción y las áreas de Gobierno dedicadas a realizar las obras de estructura para la población.
El PROMEBA llevaba en el barrio casi un año, con un plantel de 12 personas (integrado por empleados, asistentes sociales, arquitectos y otros) comandado por el arquitecto Edgardo Acevedo. El primer objetivo del programa fue el de "sanear" las viviendas: casi ninguna tenía un baño instalado correctamente (proliferaban las letrinas) ni tampoco agua corriente. Ambos responsables entonces comenzaron a hacer un trabajo conjunto, en el que la sede del Salón de Usos Múltiples del barrio se convirtió en una suerte de centro de operaciones para los dos grupos de trabajadores.
El trabajo en red, la clave
La tarea de los trabajadores de Seguridad Ciudadana y del PROMEBA permitió arribar a soluciones concretas en relativamente corto tiempo, según lo que sus mismos responsables resaltaron.
Entre otros trabajos, señalaron que el jueves pasado consiguieron organizar una reunión con los jefes de la comisaría Novena, a quienes los vecinos les plantearon las necesidades de seguridad que tienen. En la misma reunión surgieron otros temas vinculados, como la escasa iluminación en las calles, un aspecto que luego sería informado a las autoridades del área de Alumbrado Público de la Municipalidad.
"Lo que se intenta es hacer un trabajo en red, con los demás organismos del Estado que tienen responsabilidad y que pueden darles soluciones a la gente. Si tiene que ver con la alimentación, al ministerio de Salud o al de Desarrollo Social, o al Registro Civil en el caso de los chicos sin documentos, o al área que sea. Pero tenemos que informarlo para que no pase el tiempo y la gente quede sin la respuesta", explicaron los responsables de los trabajos en el Santa Marta.
Desde esta misma mirada, la sede que se está construyendo como salón de usos múltiples (SUM) se convirtió en una suerte de "cuartel general" para los agentes de Seguridad Ciudadana y para los empleados del PROMEBA. El predio antes era el obrador donde se depositaban los materiales y herramientas con los cuales se hacían los cordones cuneta en las calles y las zanjas para el agua potable. "Traer el agua corriente por cañerías correctamente instaladas, y erradicar las letrinas es parte de la principal obra de infraestructura para mejorar el barrio y la calidad de vida de las familias", aseguró el arquitecto Acevedo, quien también resaltó el rol del salón que se construye en el barrio para que sea "una referencia, un lugar al que puedan acudir siempre".
Agua y baños, lo urgente
El programa que lleva adelante el PROMEBA se orienta principalmente a mejorar las condiciones de vida de la población de la zona, con dos objetivos centrales en las obras: erradicar las letrinas de las viviendas y construir la red de agua potable. El relevamiento que se concretó en el barrio permitió establecer que de las 750 familias, el 90 por ciento tenían conexiones de agua clandestinas, es decir, se habían "colgado" de la red domiciliaria de otro vecino. Y por no contar con agua potable, no tenían baños correctamente instalados. Las tareas que ahora se hacen, tratan de darles una solución a estos trastornos.
|
|
|