El capital industrial e inmobiliario depreda el territorio y el medio ambiente con el consentimiento de gobernantes, quienes autorizan proyectos con el argumento de que se crea empleo y se atraen inversiones, pero el deterioro continúa, advirtieron convocantes a la cuarta Asamblea Nacional de Afectados Ambientales.
El movimiento incluye, entre otros, a ciudadanos que sufren la contaminación y escasez del agua en Jalisco, Morelos y el estado de México, así como del Centro de Análisis Social y Formación Popular, el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota, el Consejo de los Pueblos de Morelos, el Consejo Regional Otomí del Alto Lerma, el Grupo ETC y Guardianes de los Árboles
En la convocatoria a la asamblea que se realizará el próximo fin de semana, indican que para los inversionistas “en la ciudad o el campo; en cualquier territorio que el capital vea algún espacio o algún recurso natural ‘explotable’, de inmediato propone a los gobiernos un proyecto sustentable”.
En términos ambientales, agrega, la asamblea se realizará en un contexto problemático, en el que hay evidencia clara de que los grandes capitales, con su “forma de producción salvaje”, contaminan, lo que ha propiciado “la generación y propagación de una variante del virus de influenza”.
Indican que en el caso de Jalisco, en El Salto y Juanacatlán la noticia cotidiana es el fallecimiento de personas por la contaminación del río Santiago.
Los pueblos de Temacapulín, Palmarejo y Acácico se mantienen en resistencia porque el gobierno, a pesar de la completa oposición popular, no cede en las intenciones de inundarlos para construir la presa El Zapotillo.
En tanto, la comunidad de Santa Catarina Cuexcomatitlán se opone a la construcción de la carretera Bolaños-Huejuquilla porque nunca fue consultada, y porque la vía pasará por lugares considerados sagrados.
Afirman que en todo el país ocurre la contaminación ambiental, la exposición humana a los basureros, descargas residuales a los cuerpos de agua, envenenamiento de los mantos freáticos por lixiviados, la deforestación y la erosión de los suelos, contaminación del aire por el automóvil y las industrias, así como el saqueo de recursos naturales.