Canoas paralizadas en la ribera, vestigios de embarcaciones, rocas que asoman sus extremos y marcas en los pilotes del puente interprovincial o en murallas de cemento de lo que tiempo atrás fue el nivel normal del río, son algunas de las huellas que deja mostrar el Paraná por estos días de bajante.
De acuerdo a los informes del Instituto Nacional del Agua (INA) el río se mantendrá en niveles inferiores a los normales hasta julio, debido a las escasas precipitaciones. Con el notable descenso de sus aguas, muchos son los curiosos que no solo asoman su mirada desde la costanera correntina, sino que hasta se animan a transitar por lugares que jamás hubieran imaginado antes, ya que se encontraban sumergidas en las profundidades.
Así, aprovechan tomarse fotografías desde enormes rocas o se posan sobre ellas para tener una mejor vista del Paraná. A diferencia de otras épocas, se avistan a una corta distancia bancos de arena.
De cerca, oxidados hierros de lo que fueran embarcaciones deslumbran a grandes y chicos por el tamaño de aquellas naves que décadas atrás navegaron por estas y otras tantas aguas del país y -quizás- el mundo.
Desde las alturas, el Paraná muestra mejor su desnudez. Pero en medio de tanto misterio que hasta hace poco se mantenía oculto, también proliferan los restos de objetos, hoy chatarras que sin cesar golpean en los márgenes del río, hasta quedar ancladas en la costa.
Malloneros
En sus orillas, decenas de canoas multicolores amarradas aguardan un repunte del nivel del Paraná para poder iniciar su travesía por sus canales y vertientes en busca de peces. Es que por la escasa pesca, los malloneros limitan su navegación. “Ya no salimos todos los días, porque se invierte mucho en combustible y no se consiguen muchos pescados”, dijo uno de ellos.
Otros optan por subirse a sus canoas, pero sin moverlas, intentan algún pique lanzando líneas de nylon. “De acá lo único que podemos sacar son sábalos o presas pequeñas”, contó Francisco, quien pese a sus 24 años ya lleva 15 en este oficio. “Los peces grandes, como el surubí, quedan asentados en las profundidades, en raigones y piedras”, interrumpió Raimundo.
En otro extremo, un aficionado a la pesca aprovecha las aguas bajas y se instala en una de las gigantescas rocas, aún húmeda dando cuenta de que hasta hace poco el agua la cubría toda. Desde allí, lanza su línea, mientras enseña a su pequeño hijo cómo manejar la caña de pescar. El silencio entre ambos es el mejor compañero para practicar este paciente deporte.
De lejos se visualiza una embarcación de la Prefectura Naval Corrientes, que de punta a punta recorre el Paraná, observando que no haya inconvenientes con ninguna nave que atraviese estas aguas. “Por estos días no tuvimos ningún problema con algún buque encallado”, expresó el prefecto principal Rodolfo Héctor González.
Asimismo, el tránsito fluvial nocturno es “casi nulo”, señaló, debido a que “las naves deben sortear pasos muy difíciles”. Es así que “amarran en algún lugar y pasan la noche, para que con las primeras luces del día continúen su recorrido”.
Así, el Paraná se muestra -a veces un poco más, otras menos-, como si fuera un constante juego de coqueteo con la ribera.
Sin precipitaciones que alienten un leve ascenso
De acuerdo al último informe del Instituto Nacional del Agua (INA), “no se observaron precipitaciones significativas” sobre el río Paraná en territorio argentino y destacó que “no se esperan” nuevas lluvias en la zona para los próximos días. En consecuencia, su nivel se mantendrá en las mediciones que se estaban manejando, alrededor de los 2 metros.
Según informó ayer la Prefectura Naval Corrientes, el nivel del río fue de 2.24 metros, y se mantuvo estacionado durante todo el día. “Se cumplió el pronóstico del INA, la tendencia del Paraná es que su altura esté en los 2 metros, centímetros más, centímetros menos”, dijo el prefecto principal de zona, Rodolfo Héctor González. En ese marco de previsiones, mencionó que para el mencionado instituto, “el 29 tendría que medir 1.95 metro”, estimó.
En la medición hidrológica, el INA dijo que la bajante marcó grandes “apartamientos respecto de los niveles mensuales normales” en las principales estaciones que van desde Corrientes a Santa Fe.
En ese sentido, indicó que el río Paraná tuvo en los últimos días 2,25 metros menos en su altura en el puerto de Corrientes, 1,80 menos en Goya, 2,40 por debajo de lo normal en Esquina y entre 2,39 y 2,37 metros de diferencia con los índices habituales en las ciudades de Santa Fe y Rosario.
Para hoy, el INA difundirá un nuevo informe respecto al comportamiento del río Paraná y el pronóstico hidrológico para los próximos días.
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