Los milímetros de agua que cayeron durante varios días sobre la región cordillerana dejaron en evidencia, una vez más, los enormes problemas de infraestructura que tiene esta localidad. No es una novedad. El Gobierno municipal lo sabe. También las instituciones intermedias y amplios sectores de la población.
Pero cuando la naturaleza golpea con furia desnuda la debilidad de Villa La Angostura. Demuestra que el fuerte crecimiento que experimentó en los años últimos no tuvo su correlato en infraestructura.
El problema es similar en otras localidades de la región, pero en La Angostura tiene particularidades propias. Como la localidad no tiene red cloacal, las napas presionan sobre los pozos ciegos y los problemas se multiplican. Los barrios más vulnerables, como El Mallín y Margaritas, quedan anegados.
Las calles, en su gran mayoría de ripio y tierra, se rompen y se transforman en un campo minado para los automotores. Así, Villa La Angostura pierde su brillo con el que intenta seducir a los turistas y pone a prueba la resistencia de sus habitantes.
El Gobierno municipal reaccionó con bastante rapidez a las demandas de varios sectores. Los empleados de Servicios Públicos trabajaron con todo para hacer frente a la adversidad climática y los funcionarios de Defensa Civil municipal se mostraron activos.
Por supuesto que el municipio no pudo llegar a tiempo a todos los requerimientos. Pero frente a la fuerza de la naturaleza hizo lo que pudo con los pocos recursos que tiene.
El intendente Ricardo Alonso decretó la emergencia climática el viernes por la tarde, cuando los milímetros de agua se acumulaban y la situación en algunos barrios era delicada. Aunque fuentes municipales aseguran que la idea no salió del Gobierno, sino a sugerencia de la oposición. Lo importante es que escucharon la propuesta y la aplicaron. Cuando el temporal se despidió, la sensación que quedó es que se requiere con urgencia que el Gobierno insista con las gestiones para lograr las obras prioritarias que urgen en esta localidad.
También que el Gobierno municipal está enfocado en los grandes proyectos estratégicos, que son necesarios para garantizar el desarrollo sostenible de la Villa, pero, quizá, descuida asuntos de menor dimensión, pero importantes para los habitantes de numerosos barrios.
La Municipalidad no tiene recursos para ejecutar las obras que se necesitan y en la provincia son pocas las puertas que se pueden abrir. Alonso y el gabinete deben encontrar el camino para conseguir el financiamiento. Para eso se necesita gestionar en todos los estamentos posibles.
El jefe comunal y el partido vecinal fueron elegidos para solucionar los problemas de la localidad y de los angosturenses. En un año y medio de gestión consiguieron un convenio firmado con Nación, que autoriza el llamado a licitación de la red cloacal y la planta de tratamiento del barrio El Mallín. Es un paso, pero faltan muchos.
|
|
|