Una “busca erogación” en los caudales del río Neuquén mantiene preocupados a los funcionarios de esta localidad, ya que la suba podría “arrastrar” los bordes de la ribera y generar turbidez en el bombeo de agua potable; si el problema se agrava, la comuna podría paralizar la planta para hacer un proceso de separación de los sedimentos.
En sólo dos días los caudales del río se elevaron casi el doble, aunque están lejos de generar una alerta grave por crecidas. No obstante, la cantidad de agua erogada podría generar una turbidez en el sistema de bombeo de líquido a toda la ciudad.
La situación se conoció ayer por el reporte que la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) envía todos los días a la dirección local de Defensa Civil (DC), que a su vez se encarga de informar a los funcionarios si estos niveles son críticos.
Hasta el martes, el río Neuquén bajaba con unos 118 m3/seg a la salida del dique de San Patricio del Chañar, que está preparado para soportar 600 m3/seg. Hoy los, niveles estaba previstos que superen los 300 m3/seg, una cifra que causó sorpresa entre los técnicos que mantienen la alerta diaria.
El director municipal de DC, Pablo Guerero, dijo ayer que la información sobre los caudales ya fue remitida a los funcionarios, debido a que podrían originarse problemas en el muelle donde está colocado el sistema de bombeo de agua.
“Para dos días los datos cambiaron drásticamente, pero todavía hay margen. El problema se presenta en el control de las bombas por el lodo que arrastra el agua, porque la erogación es muy brusca”, explicó el responsable a este diario.
El organismo depende del intendente Javier Bertoldi, por lo que la máxima autoridad del municipio estaba ayer al tanto de la situación. Ayer por la tarde hubo una reunión informativa para evaluar un posible plan de contingencia por crecidas.
En junio de 2006 por la crecida histórica del río Neuquén, la planta de agua de esta localidad tuvo problemas en la turbidez del vital elemento, por lo que alertó a la población a utilizar el agua sólo para fines sanitarios y no para consumo humano.
Por dar un ejemplo, el agua para consumo tiene que tener un parámetro de 4 NTU (Unidades Nefelométricas de Turbidez) y en ese momento de la crecida histórica tenía más de 2.500 al ingreso a la planta de agua; con el correr de los días, el nivel de turbidez bajó a 800 y luego hasta 6, y tardó otros días más hasta llegar al óptimo de 4 NTU, con la ayuda de un componente que es policroruro de aluminio, que acelera el proceso de separación de los sedimentos.
Foto: Archivo Programa Infoagua
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