Como era de esperar, la mesa redonda con industriales y políticos paulistas no pasó de ser un mero trámite más en la ya engorrosas negociaciones iniciadas por las autoridades paraguayas sobre sus reclamos en Itaipú.
Los empresarios paulistas escucharon los argumentos de los directores Carlos Mateo y Jorge Samek, posiciones encontradas pese a lo cual los protagonistas calificaron finalmente a la jornada como “fructífera”.
Nada más lejos de la realidad, por las discusiones que hubo, que arrojan una sombra de dudas más aún si se consideran los grandes intereses económicos que se encuentran en juego.
El foro reunió a asociados y exponentes de la Federación de Industrias del Estado de São Paulo (FIESP). Fue entre cuatro paredes, porque se vedó el ingreso a la prensa, la que al final recibió las explicaciones de los directores de la binacional y organizadores, en la que los brasileños, sin rubor alguno, hicieron pública una vez su decisión de mantener el statu quo en Itaipú, es decir su hegemonía y la de los grupos empresariales que lucran con el actual estado de cosas.
Mateo bajó sobre la mesa de discusión el derecho de nuestro país de hacer cumplir las disposiciones del Tratado, el ejercicio de la soberanía paraguaya sobre su energía y la posibilidad de vender nuestra energía en el mercado eléctrico mayorista del vecino país.
De explorar las posibilidades de ampliar la participación de ANDE como agente comercializador en ese mercado del excedente paraguayo y pidió el precio justo por la energía cedida a la otra margen.
Dijo que urge “el cumplimiento del Tratado sobre la tesis de que ningún tratado ni ley puede ser petrificado en cuanto a su interpretación y que la realidad de los países hace que las normas sean interpretadas según las circunstancias del momento”.
Añadió en su exposición que esa interpretación debe basarse en principios jurídicos que busquen el equilibrio y equidad entre las partes, en el trato y en la distribución de beneficios.
Agregó que las comercializadoras brasileñas ganaron importantes lucros con la energía de Itaipú, y que eso debe equilibrarse con una mayor posibilidad de las paraguayas.
Mateo chocó con su par brasileño, el ingeniero agrónomo Jorge Samek, quien reflotó los discursos que hizo en otros actos, al reiterar que los compromisos asumidos para la construcción de la represa, amortización de las cuentas y su normal marcha en tiempos de crisis fue posible mediante la garantía del Tesoro brasileño y el aval del usuario de su país de la electricidad de Itaipú.
Samek dijo que el reclamo paraguayo de la venta de su excedente en Itaipú “es impracticable” y que solo será posible luego del año 2023.
Dijo que los artículos XIII y XIV del Tratado obligan al socio con excedente a cederlo al que lo necesite.
Mateo, sin embargo, enfatizó lo contario y hasta discutió asperamente con su par durante la reunión de prensa. Le dijo que estaba haciendo una “interpretación abusiva del derecho”.
Requerido sobre la tesis de Samek, insistió en que el Tratado no dice que solo Eletrobrás puede vender en el Brasil el excedente nacional, y que tampoco impide que ANDE o la empresa que esta indique, los comercialice en Brasil.
“Yo tengo sin embargo una lectura positiva del encuentro. Aquí no hablaron los industriales brasileños, ni Lula. Fueron solo los empleados, de modo que hay que esperar qué dicen los verdaderos actores y protagonistas de la vida política brasileña y, mientras tanto, mantener la prudencia y la calma”, sentencio.
Hacia la integración
El director de Itaipú, Carlos Mateo, sostiene que el Gobierno paraguayo tiene la plena confianza de lograr, en el corto y mediano plazo, acuerdos de integración eléctrica con países de la región, y en particular con Brasil, “considerando el poderoso vínculo electro-energético existente entre ambos, o sea Itaipú”.
Sobre la visión paraguaya en materia de integración energética, puntualizó que hay acuerdos bilaterales firmados entre países del Mercosur en materia energética y, en particular, de suministros eléctricos, todos ellos amparados por principios básicos de integración energética regional.
En ese contexto, el Paraguay firmó importantes acuerdos bilaterales de intercambios eléctricos con Brasil y Argentina, para el abastecimiento eléctrico en zonas de fronteras, formalizadas hace más de cinco décadas, apuntó.
Cree que un acuerdo bilateral de integración eléctrica entre Paraguay y Brasil debe contemplar: la comercialización de energía eléctrica, inversiones y obras a ejecutar, etc,
En la reunión de ayer en São Paulo, además de Mateo y Samek y asociados de la FIESP, tomaron parte el presidente del Consejo Superior de Infraestructura (Coinfra) de la FIESP, Fernando Xavier, quien actuó como moderador, otros ejecutivos de la federación de industriales paulistas, entre ellos Carlos Cavalcanti, director de Energía y Roberto Giannetti, director titular del Departamento de Relaciones Internacionales de Comercio Exterior.
Samek vuelve a vaticinar triunfo de su país
“Si vamos a la Corte Internacional, les aseguro que retornaremos con una enorme copa y de honor al mérito, porque no existe en el mundo un tratado tan justo como el de Itaipú”, vaticinó de nuevo el Ing. Agr. Jorge Samek al ser requerido sobre la posibilidad de que Paraguay recurra a instancias internacionales, buscando que sean atendidas sus reivindicaciones en la usina.
Samek añadió que nuestro país plantea reclamos que contravienen acuerdos refrendados con anterioridad, y dejó entrever que ahora asume una posición cómoda y “desconociendo situaciones que fueron sobrellevadas por su país para hacer posible la construcción y terminación de la represa”.
Obviamente no recordó que por ese “sacrificio”, Eletrobrás y el Tesoro brasileño cobraron ya hasta el 2006 US$ 30.700 millones y que aún pretenden cobrar otros US$ 30.000 millones y más hasta el 2023. Tampoco mencionó que durante diez años sus empresas aprovecharon por US$ 10 el kilovatio mes casi el 98% de la potencia de la usina binacional, a pesar de que los cálculos de Eletrobrás y de los directores brasileños de Itaipú en 1985 advertían ya que por esa unidad debió cobrarse US$ 17,10 si quería cancelarse la deuda de la binacional en el 2023.
CRITICÓ A “CIERTOS MEDIOS PARAGUAYOS”
Al dirigirse al enviado de ABC Color, criticó que ciertos medios paraguayos transmitan “una imagen equivocada del Brasil”, porque se aferran a la tesis de que su país paga solo US$ 2,81/MWh por la energía vendida en Brasil. “Es una reverenda mentira”, reiteró.
“No se construye un relacionamiento ni una integración a través de una falsedad, tiene que ser en base a la verdad (no dijo de quién). El precio de Itaipú está por encima de la media de las otras hidroeléctricas del Brasil”, recalcó sin mencionar que ese nivel tarifario (no de precio) de Itaipú se debe a que cerca del 70% de su costo es deuda, la que se acumuló debido al subsidio de referencia.
Volvió a martillar que nuestro país recibe de Itaipú “casi US$ 700 millones”, “además del abastecimiento de la energía necesaria para su funcionamiento”.
No aclaró que en concepto de compensación por cesión de energía, que es el único pago que recibe anualmente nuestro país por su excedente, según los documentos de Itaipú, en el 2007, fue de US$ 100.302.700, y que el resto corresponde a royalties, utilidad por capital aportado y resarcimiento por cargas administrativas, que también cobra Brasil, así como los beneficios de más del 95% de la producción de la usina, más una parte del presupuesto anual que gasta el ente en la costa paraguaya.
Una simple división aritmética del total pagado a Paraguay por la cesión de su excedente permitirá concluir que la “compensación” paraguaya es hasta inferior a la cantidad que él menciona.
“El precio de la energía que sale de la usina está a US$ 45 y no a 2,81”, reiteró confundiendo una vez más precio de costo de Itaipú con la pretendida compensación que pagan a nuestro país.
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