La sequía sigue golpeando al campo argentino. Las estimaciones para la siembra de trigo se reducen considerablemente respecto del ciclo anterior y los agricultores están teniendo serias dificultades para preparar la tierra, lo que afectará indefectiblemente en los rindes. Por otro lado, el volumen final de la cosecha de soja se reducirá en relación al período precedente.
La siembra del trigo de este ciclo, todavía proyectada tentativamente en 3,7 millones de hectáreas, sigue demorada por sequía en gran parte de las regiones productoras, según datos proporcionados desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
El reporte se difundió ayer, cuando se llevan cubiertas unas 200 mil hectáreas y la merma de superficie a sembrar se mantiene en 18,6% respecto del ciclo agrícola previo.
De cara a la reducida superficie que se sembrará y considerando los rindes proyectados a trilla, esta campaña dejaría trigo sólo para abastecer la demanda interna del cereal, desaprovechando una vez más las posibilidades de exportar, señalaron analistas sectoriales que operan en la plaza granaria local.
Las cotizaciones del grano a cosecha, en tanto, se ubicaban hasta ayer en torno de los 145 dólares por tonelada, mientras que el costo de implantación de esta campaña requiere de unos 130/132 (dol/tn) para cubrir cada hectárea, según datos privados elaborados por referentes de la provisión de insumos.
El clima seco y con temperaturas elevadas sobre la normal prácticamente consumieron el agua acumulada por las lluvias de mediados del mes y se estima que a la fecha se han cubierto a nivel nacional sólo 200 mil hectáreas, frente a las 570 mil implantadas en el ciclo previo a esta misma fecha. Las condiciones hídricas de los suelos no tuvieron modificaciones en los últimos siete días en Córdoba, Santa Fe y La Pampa.
Prácticamente el 85% de lo sembrado hasta el momento proviene de las coberturas realizadas en Salta y Tucumán que, en conjunto, recortarían la extensión cultivada respecto del ciclo anterior, y el resto corresponde a siembras realizadas en Bahía Blanca, en el extremo oeste de Buenos Aires, este y centro de Córdoba, centro de La Pampa y sur de Santa Fe.
Para los técnicos de la Bolsa de Cereales, si la tendencia de la seca es irreversible “el área sembrada zonal se reduciría drásticamente”, en base a un relevamiento difundido ayer.
Además, el volumen final de la cosecha de soja de este año volvió a recortarse y ahora se ubica en 32 millones de toneladas, mostrando una fuerte merma frente a la trilla lograda en el ciclo previo, cuando se recolectaron alrededor de 49 millones de toneladas de la oleaginosa, según datos difundidos desde la Bolsa de Cereales.
La entidad redujo nuevamente las proyección de zafra anual de soja desde la última semana, cuando la había estimado en 32,2 millones de toneladas, debido a los bajos
rindes que sigue dejando la colecta, del orden de los 19,4 quintales por hectárea.
A pesar de que se trilló casi el total de la superficie sembrada, desde la Bolsa no se prevén aumentos en los volúmenes finales de cosecha a raíz de la caída que muestra la productividad en las regiones aún cubiertas, como el NOA, el NEA y el sudeste y sudoeste de Buenos Aires.
Respecto de la zafra del maíz, la estimación de cosecha nacional se mantiene en torno de los 12,7 millones de toneladas, aún cuando se lleva cosechado el 90.7% del área cubierta con grano con destino comercial. Tampoco en este caso se espera un crecimiento en la trilla final, debido a que la sequía impide la recolección de los granos con la calidad que requieren para darles destino industrial: muchos potreros ya se abandonaron para consumo animal.
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