Uno de los caños que traslada el 50% de las aguas servidas de esta ciudad hacia el río Negro sufrió una seria rotura que inundó una de las calles principales para acceder al barrio Labraña.
Esta situación sumó indignación entre los habitantes del sector, que desde hace años reclaman por la contaminación del Canal de los Milicos. Ayer, los líquidos cloacales ocasionaron innumerables problemas ya que la calle quedó casi intransitable y quienes se atrevían a cruzarla debían exponerse a "más riesgos". Aseguraron que "no es la primera vez" que se rompe la tubería, hecho que fue corroborado desde Aguas Rionegrinas SA.
El titular de la sede local de la empresa, Fabricio Sánchez, justificó los problemas en la antigüedad del caño que "sólo es reparado" porque se prevé su salida de servicio cuando los líquidos sean enviados a la planta de tratamiento.
Actualmente, sólo el 50% es impulsado a las lagunas que funcionan en la zona de La Falda. El resto se tira crudo al río por la cañería que sale de la calle Tres Arroyos y corre a lo largo de Estado de Israel hasta el río.
En coincidencia con los habitantes del barrio, informó que en este último episodio hubo dos roturas. La primera se produjo el jueves a la noche. Fue reparada, pero ayer a la mañana se detectó una nueva pérdida que "se emparchó".
A pesar de esto, los líquidos cloacales que emanaron a borbotones no sólo generaron los malos olores característicos sino que prácticamente inundaron la calle.
Como reconoció Sánchez, el caño es "demasiado antiguo y es habitual que se rompa". Sin embargo aclaró que por el momento "no se evalúa la sustitución por uno nuevo porque los líquidos cloacales que impulsa al río serán desviados a la planta de tratamiento" una vez que se construyan las lagunas restantes.
Recordó que el objetivo es tratar allí el 100% de los deshechos de la ciudad.
Ante este hecho puntual, la mayoría de los vecinos cuestionaron la indefensión que sienten ante la contaminación que afecta al barrio.
Recordaron que el Canal de los Milicos "es otro de los focos infecciosos" a los que se ven expuestos cotidianamente. Aún están esperando que se resuelva una demanda civil por "daños y perjuicios" que iniciaron luego del amparo ecológico que presentaron en el 2004, hartos de soportar los olores nauseabundos del desagüe que pasa por el barrio.