La terrible sequía que afecta al partido de Patagones, acaso la peor de su historia por la continuidad, es parte de una coyuntura que afecta no sólo al presente, sino al futuro de una región que parece condenada, por un plazo mediato, a un ostracismo productivo.
La mayoría de los productores enfrenta la campaña con campos seriamente erosionados y sin un horizonte viable. El resto tiene por delante un invierno sin reservas forrajeras, con la hacienda en mal estado, sin pasturas permanentes y sin monte ni pastizales naturales.
"No llueve bien desde hace mucho tiempo. Los milimetrajes de los últimos años hacen sumamente complicada, hasta no factible, la producción en el distrito. Es una sequía sumamente larga e intensa que no estaba en los cálculos ni en los pronósticos", señaló el ingeniero agrónomo Daniel Iurman, del INTA Hilario Ascasubi, quien se ocupó de aunar bibliografía afín.
"Un caso similar se da en la zona norte de Villarino, con campos sumamente degradados. La intensa sequía es la principal causa y su efecto se ha potenciado debido a la intervención del hombre en el ecosistema", agregó.
También dijo que, por ser una zona semiárida a árida, la actividad agropecuaria en Patagones se debe realizar con un manejo agronómico conservacionista. "Sin embargo, no siempre se lleva adelante algo de estas características, lo que provoca un deterioro del suelo, con la consiguiente disminución de la capacidad productiva del sistema a largo plazo", sostuvo.
En esta zona trabajan productores agropecuarios familiares que poseen una cantidad limitada de superficie en propiedad, ya que el 45% de los campos tiene menos de 500 has.
"La vegetación natural ha sido sometida a una serie de impactos negativos, como el sobrepastoreo ovino y bovino, y el desmonte con fines agrícolas, principalmente", acotó.
"Con el paso del tiempo, el hombre ha desmontado los campos con el objetivo de aumentar la superficie arable, tanto para trigo como para verdeos. Este desmonte no siempre se realizó teniendo en cuenta criterios conservacionistas que protegieran el recurso suelo y, muchas veces, el resultado del desmonte fue la erosión de los campos", admitió.
"Los suelos, en su estado natural, presentan niveles de materia orgánica relativamente buenos y de fósforo muy interesante, lo que explica los buenos resultados del trigo los primeros años luego de un desmonte", sostuvo.
"Hoy, los valores de estos dos indicadores son bajos en general. Es como una caja de ahorros que tenía algunos recursos que hoy ya no están". añadió.
También dijo que los tres problemas principales son: una potencialidad productiva natural limitada de la región; escasa dotación de recursos del productor y una gestión poco conservacionista del predio, que generaron un proceso de degradación de suelos con una disminución paulatina de la productividad; y un endeudamiento, descapitalización y empobrecimiento de muchos productores agropecuarios.
"Este proceso se magnificó en la década del 90 por la escasa rentabilidad general del sector. Con el cambio en los precios de los productos agropecuarios por la devaluación de la moneda, las facilidades de pago de las deudas bancarias y dos años de buenas cosechas, un importante número de productores mejoró su situación financiera", comentó.
"De todos modos, la continuidad de los problemas estructurales mencionados provocó una nueva crisis, debido a estos años de sequía y a precios deprimidos de los principales productos de la zona, como trigo y carne", aseveró.
Evolución del desmonte
Año Sup. monte Has. %
1975 911.171 65
1987 682.367 49
1999 554.138 40
2002 524.629 37
2005 437.134 31
* Datos: Las cifras corresponden al distrito de Patagones.
* Fuente: Laboratorio de Teledetección y Sistemas de Información Geográfica INTA Ascasubi.
Lluvias (*)
Año Mm.
2003 352
2004 565
2005 273
2006 355
2007 249
2008 231
Hilario Ascasubi
Año Mm.
2000 479
2001 642,5
2002 498,8
2003 373,9
2004 712,3
2005 307,2
2006 514,5
2007 295,7
2008 252
Fuente: Proyecto RIAN INTA Ascasubi.
Nota: Es el promedio de cuatro localidades de secano de Patagones. En 2009, en Stroeder ha llovido 46 milímetros, en Cardenal Cagliero 49 y en Villalonga 88, según datos de los agentes informativos de LNP.
Nota de tapa / ¿Qué pasó en Patagones?
¿Qué publicaron los técnicos?
Según ha afirmado el ingeniero Daniel Iurman, en la región hay una densidad institucional importante respecto de la sequía.
Además de la Estación Experimental del INTA, en Hilario Ascasubi, y una Agencia de Extensión Rural, en Carmen de Patagones, el Ministerio de Asuntos Agrarios (MAA) se encuentra presente a través de su chacra experimental de Cardenal Cagliero, así como oficinas de Producción de la comuna de Patagones.
Es destacable, también, la influencia de la Universidad Nacional del Sur y de la Universidad Nacional del Comahue, de Viedma, a través de la formación de recursos humanos.
"Desde el comienzo de esta sequía extrema, se ha reflejado la realidad en distintas instancias y se ha acompañado en la toma de decisiones a distintos niveles", dijo Iurman.
"Desde estas instituciones se han generado propuestas en planes o proyectos de desarrollo agropecuario para estos sistemas productivos", agregó.
Siembra directa
La tecnología de SD se introdujo en la zona a finales de los años 90.
"Desde su incorporación, demostró que contribuía considerablemente a resolver el problema de la erosión del suelo al no removerlo", comentó Iurman.
"El sistema fue adoptado por más de una decena de productores, aproximadamente, en su momento de mayor crecimiento, que se dio en los buenos años luego de la salida de la convertibilidad, momento en que se vendieron varias máquinas en la zona", agregó.
"La siembra directa no fue masivamente adoptada por los productores y, en este momento, se encuentra más retraída, aún, debido a una mayor dependencia de insumos del sistema con el consiguiente aumento de costos", dijo.
También comentó que presenta algunas limitantes en cuanto a la rotación con ganadería.
"Sin embargo, y debido a sus indiscutibles beneficios en la disminución de la erosión, debe continuarse investigando para determinar su viabilidad en la zona", admitió.
Los trabajos publicados
--Problemas y soluciones para los sistemas de producción
(Agamennoni, 1993).
Los problemas detectados en el trabajo son que en la zona se practica una agricultura tradicional sin tener en cuenta la capacidad del suelo para producir y sin considerar la sostenibilidad del sistema productivo.
También el monocultivo de trigo, en una rotación corta trigo-rastrojo-trigo, con sobrepastoreo de rastrojos y excesivos laboreos con maquinarias como arado-rastra y rastra de discos, que producen un suelo desprotegido que queda expuesto a la erosión hídrica y eólica, y la formación de un piso de arado entre los 15 y 25 centímetros de profundidad.
Entre las posibles soluciones planteadas en la publicación, se cita el hecho de tener en cuenta la capacidad de uso del suelo; introducir pasturas permanentes en la planificación de las rotaciones; mejorar el aprovechamiento de los recursos forrajeros mediante el manejo más eficiente del rodeo de cría, el pastoreo rotativo, la realización de reservas forrajeras y no refinar el suelo con excesivas labranzas, tanto para trigo como para verdeos.
También utilizar labranza vertical; forestar gradualmente en forma de pequeños macizos o cortinas; conocer mejor los costos de producción y asociarse de distintas formas y para diversos fines productivos.
--Bases y modelos de producción para la implementación de un plan de Desarrollo Agropecuario en el partido de Patagones (Giorgetti, 1995).
Se mencionan, para los sistemas productivos de la zona, deficiencias generales de manejo de suelos, con sobrepastoreos, falta de infraestructura (picadas, alambrados, aguadas) y un parque de maquinarias inadecuado.
Se cita a la ganadería como la actividad que mejor se adapta ecológicamente a la región.
Las técnicas propuestas son: mejoramiento en el aprovechamiento del pastizal natural; implementar pastoreos rotativos; ordenar el rodeo, con estacionamiento del servicio y apotreramiento, ubicación de aguadas y uso de sales.
Asimismo, ajuste de la carga animal a la potencialidad del recurso; implementación de planes sanitarios e incorporación de pasturas adaptadas a la zona (agropiro, pasto llorón).
--Proyectos técnico-económicos tipo para el área de secano del partido de Patagones (Iurman, J.P. y otros, 1998).
Se plantea la realización de actividades tradicionales con un manejo ganadero-agrícola sustentable en el tiempo.
Los cultivos de cosecha serían posibles en una reducida proporción y utilizando criterios conservacionistas en el uso de los recursos naturales.
--La rotación con vicia (Agamennoni, Matarazzo, Dotta, 2003).
Los autores concluyen que la rotación con vicia es una fuente de nitrógeno de menor riesgo económico que los fertilizantes nitrogenados.
--Comportamiento de materiales de trigo (Giorgetti, Perlo, Rodríguez, 2005).
Se analizan los resultados de rendimientos de trigo en lotes experimentales.
--Plan de Desarrollo del Sudoeste Bonaerense (2005).
La zona de secano del partido de Patagones conforma la sub-región patagónica del plan, para la cual los técnicos se plantearon diferentes modelos productivos.
Este plan debería fortalecerse para estar a la altura de los requerimientos de la zona.
--Caracterización edafo climática del área de influencia del INTA EEA Hilario Ascasubi. Partidos de Villarino y Patagones (Sánchez, Pezzola, Cepeda, 1998).
--Estudio Multitemporal de la degradación del monte nativo en el partido de Patagones (Pezzola, Winschel, Sánchez, 2004).
--Cártamo y otras alternativas (Rivas, Agamennoni, Matarazzo, 2007).
Se realizan experiencias para evaluar su adaptabilidad a la zona y a los sistemas productivos de la zona.
--El agropiro como pastura para la zona (Marinissen, Giorgetti, 2008).
Es una especie de lenta implantación, que produce forraje en primavera, verano y otoño, con la mayor producción en primavera.
Una opción para esta zona es la intersiembra con especies de mayor valor forrajero (como leguminosas tipo vicia) para mejorar su calidad.
--Sistemas Agropecuarios de Villarino y Patagones. Análisis y propuestas (Iurman, D. y otros, 2009).
Se diagnostica la situación de los sistemas de producción y se proponen estrategias de manejo de los mismos que mejoran los resultados.
--Tierras de sequía, tecnologías de proceso (Castoldi, 2009).
Se menciona la importancia de este tipo de tecnologías en contraposición con las de insumos y se hace hincapié en la organización de la explotación sin espera respuestas mágicas.
Los trabajos, en general, mencionan la incorporación de pasturas permanentes en el campo desmontado para ayudar a conservar el suelo.
Una pastura permanente se siembra un año y puede perdurar más de cinco, si es manejada correctamente. Lograr implantar una pastura permanente no es sencillo y, muchas veces, hay que resembrarla. Su gran ventaja radica en no remover el suelo durante un prolongado período de tiempo, lo que favorece la salud del suelo.
Una pastura sobrepastoreada en una situación de sequía extrema, como la actual, también puede presentar algún síntoma de erosión eólica, pero mucho menos que un campo arado.
Según las fuentes analizadas, se recomienda un porcentaje aproximado de 40 al 60% del campo desmontado con pasturas permanentes. Según el Censo 2002, existían 17.184 hectáreas de pasturas perennes (agropiro, alfalfa y pasto llorón) en 607.322 hectáreas de secano desmontadas, lo que arroja un valor de 2,8% de la superficie.
--Siembra directa de trigo en el sur de la región semiárida pampeana (Krüger, Agamennoni, Ripoll, 2005)
--Estudio de los niveles de fósforo en el partido de Patagones (Ramón Sánchez, 1980).
--Proyecto para zona ganadera libre de aftosa (INTA Cerbas, 1992).
Las características socio-culturales son determinantes
* Los sistemas de producción actuales están influidos, a su vez, por factores histórico-culturales, que es necesario mencionar para ayudar a comprender por qué se ha llegado a la situación actual.
* Las tierras del partido de Patagones fueron pobladas, en su mayoría, de principios a mediados de siglo, entregando a los colonos en muchos casos superficies que, en su momento, se consideraron unidades económicas y ya no lo son. Se suma a esa situación la subdivisión de estos y otros predios en la zona.
* La cultura agrícola de la población colonizadora. Los inmigrantes de origen ruso-alemán que llegaron a estas tierras fueron de la misma región que los que colonizaron otras regiones, por ejemplo, Coronel Suárez. Ellos trajeron en su bagaje cultural el uso de las herramientas que allí empleaban, así como la cultura triguera.
* Las instituciones crediticias han fomentado los cultivos y las producciones de corto plazo, al entregar a los productores créditos de desmonte y créditos de arada y siembra.
* La cultura inflacionaria privilegió la producción agrícola. Una cosecha en el silo resultaba un seguro económico más relevante que el dinero en efectivo.
* Escasa conciencia de lo ecológico. Tuvieron que pasar muchos años para que, desde los productores y desde el Estado, se advirtiera el problema y se comenzara a generar políticas conservacionistas.
¿Y ahora qué?
Por Daniel Iurman (*)
Más allá de los motivos estructurales que han llevado a la situación actual, la terrible sequía hace que el futuro se presente por demás complicado.
Existen diferencias entre casos, pero es indudable que a algunos les resultará mucho más difícil volver a producir y a recuperarse.
Se puede separar el análisis en dos aspectos diferentes.
Por un lado, la supervivencia de las familias que trabajan vinculadas al sector, ya sean productores, trabajadores rurales, comerciantes, etc. Ellos necesitan apoyo de diverso tipo, con la finalidad puesta en el individuo, en la posibilidad futura de desarrollarse como persona, teniendo en cuenta aspectos psicológicos, económicos, sociales y políticos. ¿Qué va a pasar con pueblos como Stroeder si continúa el actual panorama?
Por otro lado, no se puede dejar de analizar desde el punto de vista ecológico lo que está sucediendo con el distrito.
No parece inteligente justificar la continuidad de la degradación de los recursos naturales por el sostenimiento actual de la sociedad. Esto sería de muy corto plazo y las pruebas están a la vista.
Un proceso de recuperación va a demandar tiempo y recursos económicos. No existen, por supuesto, soluciones mágicas, pero sí orientaciones sobre cuáles pueden ser las vías de desarrollo de la zona.
Tampoco sería una buena idea dejar pasar las propuestas que puedan llegar para ayudar en este sentido. Se deben tratar, asimismo, temas que no siempre gustan, por ser --acaso-- un tanto espinosos, como qué tipo de estructura agraria se necesita, qué labranzas se hacen en los cultivos, créditos asistidos, regulación del desmonte y precio de los productos, entre otros.
A todos (productores, técnicos y políticos) nos toca poner lo mejor de cada uno frente a esta tremenda situación climática que magnificó problemas estructurales y ha golpeado fuertemente a toda la economía del distrito, en la búsqueda de los caminos adecuados.
(*) Ingeniero agrónomo del INTA Hilario Ascasubi, diurman@correo.inta.gov.ar; diurman@luronet.com.ar.
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