“Era muy bonito y de agua transparente, hasta daban ganas de beberla”, es como recuerda Francisca Gutiérrez al caudaloso río Chico, cuando ella tenía tan solo 19 años de edad.
Ella ha visto con el paso de los años, el deterioro de la fuente de agua que no solo abastece a los que viven en Natá, sino también a los que residen en el distrito de Aguadulce.
Juan de Dios Berrocal Ramos es el esposo de Francisca, recordó que en las orillas del río existían muchos árboles, y sus alrededores eran el hábitat de muchas especies de animales, como la iguana, el venado y el conejo.
El DETERIORO
El río Chico de la actualidad no es ni la sombra de lo que era hace 50 años, ya que con el paso del tiempo se ha ido perdiendo su cobertura vegetal, debido a la deforestación.
Esta situación ha provocado el proceso acelerado de sedimentación, como lo dio a conocer el departamento de Recursos Hídricos de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) de Coclé, en 2003.
Juan Jaén, del departamento de Gestión Integrada de Cuenca, de la misma entidad, dijo que el actual desvío del río hacia el mar se debe al deterioro de la cuenca, lo que trae como consecuencia que aumente su caudal durante el invierno y baje sus niveles en verano.
“Más que bajar su nivel, el río ha tenido fluctuaciones estacionarias y anuales asociadas a fenómenos globales, pero definitivamente hay que tomar en cuenta que la acción del hombre ha tenido un gran impacto”, sostuvo.
BENEFICIO
Además de los productores que utilizan el agua del río Chico, también empresas como la Compañía Azucarera La Estrella, S.A. (Calesa) y la Nestlé la usan.
El suministro de agua potable es a través de la toma de agua y la planta potabilizadora del Instituto de Acueducto y Alcantarillados Nacionales (Idaan).
Alrededor de 48 mil personas se benefician de ese sistema, según el director regional del Idaan, Félix Berrocal.
“La cantidad de agua que se saca de ese río es grande. Trabajamos con bombas que a mayor impulso, mayor cantidad de agua”, indicó.
Dijo que debido a la disminución del caudal del río, se han visto obligados a construir mini represas temporales. Con ello evitan que el sistema de bombeo de la toma se afecte por el sedimento del río, y que llegue el vital líquido a las áreas altas de la comunidad.
Para Berrocal, una de las soluciones al problema es dragar el río, además de construir una represa que beneficie a la comunidad durante el verano, que en el invierno se pueda abrir.
El funcionario consideró que las instituciones que tienen que ver con el medio ambiente regulen y normen la captación agua.
Por su parte, Sixto Rodríguez, ambientalista miembro de la Organización para el Desarrollo Sostenible y la Conservación del Ambiente (Odesca) es de la opinión de que el problema de la fuente de agua se soluciona con la reforestación.
Señaló que antes que llevar a cabo este proyecto es importante educar a la población sobre el problema que existe y cómo pueden ser parte de la solución.
LA ANAM
Gary Ábrego, administrador de la Anam de Coclé, confirmó que Calesa taló un total de 679 árboles, pero aclaró que 471 son árboles que crecen en las cercas y que 208 eran árboles grandes, pero ninguno centenario.
“Anam, como tal, tiene sus normas y ellos simplemente sacan sus permisos y los pagan”, expresó.
Sostuvo que como entidad recomendó a Calesa reforestar el área, principalmente las cercanas a las quebradas y los ríos.
“El permiso que están sacando para la tala, es porque la zona es agrícola y ellos la están volviendo a usar y los árboles van creciendo a través del tiempo”, sostuvo.
En cuanto al uso de bombas de succión, dijo que la compañía tiene permiso hasta cierta cantidad, la que no precisó. Sin embargo, se descubrió que tres estaban funcionando y no contaban con la autorización de la institución.
CONSEJO MUNICIPAL DE NATÁ EMPLAZA A LA ANAM
El Comité Cívico de Natá denunció ante la Defensoría del Pueblo de Coclé, a la Compañía Azucarera La Estrella, S.A. (Calesa) por realizar actividades que afectan al río Chico de Natá.
Julio Añino, miembro de la agrupación, se quejó de la tala indiscriminada de árboles para ampliar las áreas de cultivo de caña, en el sector de El Uveral.
El comité también se quejó de la escasez de agua que existe en la comunidad y alegan que se debe a que la empresa hace uso de bombas de succión.
Por su parte, Omar De León, vicepresidente de servicios corporativo de Calesa, indicó que si han efectuado la tala de árboles ha sido con la autorización de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam).
Abad Barrios, representante del corregimiento de Natá cabecera, aclaró que ni él ni alcalde del distrito dan el permiso para concesiones de agua y mucho menos para la tala de árboles, y que eso le corresponde a la Anam.
El Consejo Municipal de Natá citó en dos ocasiones al director de la Anam de Coclé para que explicara la situación que se registra en las cercanías de río Chico, lo que aún no ha hecho.
“Anam debe venir a rendir cuentas a la comunidad de Natá, ya que se ha incrementado la producción de caña. No estamos en contra de nadie, solo pedimos que las cosas se hagan bien”, expresó.
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